¡Dios tiene un propósito para su vida! No hay miembros del Cuerpo de Cristo que no tienen un propósito, un plan divino que cumplir. Los que descubren su propósito disfrutan sus vidas más y logran más. Los que conocen su propósito se levantan en la mañana listos para superar cualquier impedimento. La inversión no es un sacrificio sino un gozo. Por otro lado, para los que no conocen su propósito cualquier inversión les es un sacrificio y motivo de desánimo. Los que conocen cuál es su propósito dado por Dios no son controlados ni distraídos por otros. Pueden vivir libres de la manipulación de otras personas que vienen con sus urgencias producidas por su propio descuido. Sabemos que Jesucristo anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo (Hechos 10:38). Pero no sanó a cada enfermo cada vez (Marcos 6:5). Tal vez le será una sorpresa aprender que Cristo no fue motivado solo por las necesidades de otros. No corrió apresurado al lado de Lázaro en el momento que le llegó la noticia que estaba grave y al punto de morirse (Juan 11:6). No es que Cristo no tenía compasión, pero Cristo tenía algo mayor que Le motivaba. Cristo sabía cuál era Su propósito. Sabía que tenía que esperar las directrices de Su Padre. Desde niño Cristo estaba en los negocios de Su Padre (Lucas 2:49), aunque José y María no siempre entendieron (Lucas 2:50). JESÚS VIVIÓ E HIZO SUS DECISIONES SEGÚN SU PROPÓSITO DIVINO. Las palabras que decía no eran por Su propia cuenta, sino que habló lo que Su Padre le indicaba. Sus hechos también fueron guiados por el Padre Dios (Juan 14:10-11). Por eso, Cristo no fue manipulado por otros ni por las interminables necesidades y urgencias de otros. Pudo enfocarse en la voz de Su Padre para obedecerle. Por cuanto se mantuvo enfocado en Su propósito, por cuanto era sensible a la Voz de Su Padre tuvo éxito y cumplió todo lo que Dios le encargó. En este mundo siempre existirán las necesidades de otros. Queremos ayudar a todos, pero no somos llamados a hacerlo todo. Si tratamos de hacer todo nos desgastaremos y volveremos tan pobres y necesitados que ellos. La clave está en Romanos 8:14: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.» Como Cristo, necesitamos ser guiados por el Espíritu Santo. ¡Eso NO quiere decir que tenemos que orar y ayunar 40 días antes de comprometernos cuando el Pastor nos pide ayudarle con algo! Algunos llevan esto a un extremo usando del pretexto de “tengo que orar primero” para evitar el servicio. Pero tampoco podemos tomar otra responsabilidad en la congregación o comunidad si significa que resultaría en descuidar nuestras responsabilidades que Dios ya nos encargó. En San Juan 20:21-22 Jesús habló a Sus discípulos después de Su resurrección: «Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.» En esto aprendemos:
1. Dios quiere que experimentemos Su Paz, SHALOM. Podemos ser ministros activos pero en paz. La paz viene cuando somos guiados por nuestro propósito divino y la voz de Dios.
2.- NOSOTROS SOMOS ENVIADOS DE LA MISMA MANERA QUE DIOS EL PADRE ENVIÓ A SU HIJO, JESÚS. Con un propósito, con el mismo respaldo, y con la misma metodología: oír y obedecer la voz de Dios, confiando en Su sabiduría y en Sus tiempos perfectos. Esto nos libre de las cargas y responsabilidades falsas que otros tratan de poner sobre nosotros. 3. ES IMPORTANTE QUE RECIBAMOS EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO PARA PODER SER EFECTIVOS. Todo lo que Cristo hizo fue con el poder del Espíritu Santo. No somos mayor que nuestro Señor. Nada podemos en nosotros mismos si queremos resultados eternos que valen.
No podemos responsabilizarnos de proveer continuamente por los que no están dispuestos a responsabilizarse de sí mismos ni usar la prudencia y el sentido común. Sería como tirar dinero y esfuerzo en un pozo sin fondo.
No es una falta de amor negar ayuda a los insensatos cuando ya fueron advertidos y cuando pudieron haber actuado para evitar el desastre. A veces el amor permite que otros experimenten las consecuencias de sus acciones para que se despierten y para que aprendan a vivir mejor.
AÚN COSAS BUENAS PUEDAN SER DISTRACCIONES, IMPEDIMENTOS A NUESTRO PROPÓSITO DADO POR DIOS.
Lo bueno puede volver el enemigo de propósito.
Podemos hacer muchas cosas buenas tratando de complacer al hombre para ser un superhéroe solo para resultar desgastados, desilusionados, cansados y todavía no cumplir nuestro propósito en Dios. O podemos decidir agradar a Dios, ser atentos y obedientes a Su voz, más efectivos en nuestras vidas, y sentir el gozo y la energía que viene al haber cumplido propósito.
Le animo a descubrir cuál es su propósito y a vivir una vida llena de la paz y el gozo del Señor
Profeta Cliff Bell