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EL MAESTRO MAS CAPACITADO


El día de mañana 15 de mayo,  se celebrará el día del maestro.

Los maestros de verdad que merecen reconocimiento, pues su labor trasciende generaciones. Una de las labores más nobles por supuesto es la docencia.

Pero más allá de la docencia secular, es la docencia en la vida cristiana, es decir, ser maestro de la Palabra del Señor.

Este ministerio conlleva mucha responsabilidad, ya que el maestro no solo enseña de manera formal en una clase, sino que enseña con su vida de manera informal en todo momento. Es por eso que hoy les comparto a los maestros, y a todo aquel que quiera ser un maestro capacitado o un cristiano en progresión en su vida de santidad, estos consejos que podemos leer en la carta de Judas, un maestro por excelencia.

La carta de Judas fue escrita hace casi 2.000 años, pero sigue siendo pertinente hoy. Vivimos entre falsos maestros que proponen toda clase de ideologías, filosofías y religiones. Acabo de ver un vídeo muy lamentable donde un predicador, hijo de un cantante famoso, dice que Jesús no murió para pagar nuestros pecados, ni para sustituir nuestro lugar por la deuda que teníamos con Dios. Por estar rodeados de tanto engaño espiritual, es preciso que fortalezcamos nuestra fe. Cuando saturamos nuestra mente con los principios de la Palabra del Señor, desarrollamos un filtro que nos permite discernir la verdad del error

Según Judas 20-23, hay cinco maneras de fortalecer la fe.

La primera es “edificándoos sobre vuestra santísima fe” (v.20). En otras palabras, cuando estudiamos la Biblia ponemos un fundamento bíblico que llega a ser firme e inconmovible. Lo que creemos sobre Dios, Jesús, el Espíritu Santo, el cielo, el infierno, la salvación, y la fe, no se compromete cuando oímos falsas enseñanzas.

El v. 20 contiene también un segundo reforzado de la fe: “orando en el Espíritu” Esto puede significar varias cosas. Primero, si no estamos seguro sobre como orar, “el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26). Segundo se refiere a orar bajo la dirección del Espíritu Santo, quien habla a nuestro corazón en cuanto a qué y cómo debemos pedir al Señor. Tercero, significa andar en obediencia al Espíritu. Si no estamos orando en el Espíritu, pueden ser poco efectivas nuestras oraciones, y no quiero parecer místico en esto, simplemente alinearnos al Espíritu Santo.

Otro reforzamiento es mantener una relación intima con Dios y pasar tiempo con Él. En nuestro estilo de vida moderno, no nos sentimos cómodos con la soledad, y no sabemos como estar quietos delante de Dios. Cuando el v. 21 dice “conservaos en el amor de Dios”, nos instruye a mantener nuestro precioso tiempo personal de comunión con Dios.

Para reforzar aún más los fundamentos de la fe, debemos concentrar nuestra atención en el retorno inminente de Jesucristo (Judas 21 b). La conciencia de que Él puede venir en cualquier momento, purifica y preserva la conducta diaria del creyente. Nos inspira a enfrentar las dificultades y animar a otros que estén sufriendo.

Por ultimo, el hablar a los demás acerca de Dios reforzará nuestra fe. Pero, debido al engaño espiritual de este mundo, nuestra fe debe ser robustecida antes de que pueda solidificarse más cuando compartimos el Evangelio (Judas 22-23). Esto significa que la evangelización exitosa debe ser precedida por el estudio de las Escrituras, la oración en el Espíritu, la preservación de nuestra relación con Dios, y el tener una vida Santa.

 Pídale a Dios que le ayude a valorar el tiempo a solas en su presencia. Los demás refuerzos de la fe fluirán de su relación íntima con Él.

Pbro. David Eduardo Almanza Villalobos.