Charles Spurgeon, famoso predicador de Estados Unidos decía: “No hay mejor forma de glorificar a Dios que llevando una vida tranquila y gozosa. El mundo tiene que saber que servimos a un Amo bueno. Si usted está pasando por problemas, no deje que nadie note que esos sacuden su espíritu, más aún; no permita que lo sacudan, descanse en Dios y siga alabándolo”. El testimonio de este predicador es la realidad de muchos cristianos alrededor del mundo, con Cristo en sus vidas es posible enfrentar los problemas cada día con el gozo de Dios que nos fortalece.
Hay una pregunta que tenemos los cristianos de hoy ¿Cuál es la fuente del gozo que los seguidores de Cristo tenían? Pues experimentar persecución, sufrimientos y en el caso de Pablo que estando encarcelado escribió: ¡Regocijaos en el Señor siempre!, otra vez digo: ¡Regocijaos!” Lo primero que encontramos en el texto bíblico es la unión y dependencia de Cristo “Estad así firmes en el Señor” (Fil. 4:1). Esto implica que cuando recibimos una palabra de vida de parte de Jesús, la creemos y la obedecemos con firmeza y seguridad.
Lo segundo que vivían los cristianos como fuente de gozo es que se interesaban por los demás. En el texto dice: “Vuestra gentileza sea conocida por todos los hombres”. Normalmente cuando enfrentamos dificultades podemos caer en el error de centrarnos en lo que nos pasa, olvidándonos de los que nos rodean. Jesús nos dejó el ejemplo de servir a los demás. Cuando servimos a los demás, dejamos de enfocarnos en nosotros mismos y entramos a una dimensión en la vida espiritual. Depender de Cristo con el gozo de hacer su voluntad y no de las circunstancias nos hace “regocijarnos en el Señor siempre”
La fuente del gozo del cristiano es Cristo, ¿cómo es que recibimos de Él ese gozo y fortaleza? En el momento que viene la prueba, la dificultad y el problema entra la inseguridad de no saber en qué terminará esa situación y comenzamos a preocuparnos. Pablo encontró una solución “por nada estéis afanosos” (Fil. 4:6). Tenemos un Dios Todopoderoso que tiene cuidado no solo de nuestra vida sino de la familia y de todo lo que nos rodea y nosotros necesitamos vivir vidas limpias y libres del pecado y de la incredulidad, llenas de fe en que Dios nos ha dado un propósito y éste se está cumpliendo.
La forma en que Dios nos fortalece y nos da gozo es por medio de la oración, Pablo escribió “sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego” (Fil. 4:6). La oración es el medio por el cual nos relacionamos con Dios. Jesús nos dejó un modelo a seguir en Mateo 6, Moisés, los patriarcas y David la utilizaron. A medida que estamos más cerca de Dios, más conocemos su voluntad y si queremos vencer la tristeza y el desánimo, debemos invertir tiempo en buscar a Dios.
Por último, Pablo descubrió que se recibe el gozo de Dios cuando somos agradecidos, él escribió “con acción de gracias” (Fil. 4:6), la oración y la gratitud van juntas. Cuando damos gracias a Dios reconocemos su bondad y lo generoso que es con nosotros y resaltamos más lo que tenemos que lo que nos hace falta. Nehemías escribió en un tiempo de restauración del pueblo judío “el gozo de Jehová es nuestra fuerza” (Neh.8:10). En lugar de sentir preocupación y ansiedad por lo que estemos pasando, presentemos nuestra confianza a Dios con alabanzas.
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca” – Salmo 34:1
Pbro. Raúl Rosas González