Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


EL GOZO DE LA RESTAURACIÓN


Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, Y mi alma, la cual redimiste. Salmo 71:20 y 23

El gozo no sólo es la respuesta a nuestra salvación y el constante descubrimiento del que nos salvó, sino también una respuesta a la restauración. Una razón por las que Dios nos permite experimentar problemas es que Él desea revelar su gozo a nosotros por medio de la restauración.  El salmista dijo “Tú que me has hecho ver muchas angustias y males”.  Un tema constante en toda la palabra de Dios es la prueba del creyente como resultado de la voluntad perfecta de Dios.   No me refiero a la voluntad permisiva de Dios cuando nosotros nos apartamos de Él.  Me refiero a su perfecta voluntad de que conozcamos dificultades para ganancia del reino…  he experimentado pruebas que finalmente me vi obligada a reconocer como absoluta voluntad de Dios.  Mi vida nunca ha sido fácil y finalmente he enfrentado el hecho de que es muy probable de que nunca lo sea.

Pero al mismo tiempo puedo proclamar sin dudas que mi vida ha sido buena.  Parte de la aún limitada madurez que he alcanzado es el darme cuenta de que  “bueno” no es igual a “fácil”. Rara vez Dios ha quitado de mi vida las circunstancias o las personas que me hacen ponerme de rodillas.  Muchas de mis pruebas deben de haber sido ordenadas por Él, por los resultados que han dado, estoy convencida de que no podemos comenzar a conocer realmente a Cristo sino hasta que comenzamos a participar en sus sufrimientos. Los amigos más íntimos son aquellos con los que hemos “sufrido” en una forma u otra.   ¿Cuánto más con mi precioso Redentor? Pero la madurez espiritual no es la única razón por las que Dios algunas veces elige dificultades para nosotros.  Mirando hacia atrás, ¿Puede identificar algún propósito en las dificultades que experimentó?  Quizá ahora se pregunte: ¿Debemos aceptar que tenemos que vivir en constante dolor por las dificultades que enfrentaremos?.  Pedro nos dice en 1ª.Pedro 5:10 “que las aflicciones por un poco de tiempo …” “porque ahí mi Señor nos perfeccionará afirmará y fortalecerá”.  Si Dios ha ordenado dificultades para usted también ha ordenado la restauración ¡Téngalo por seguro!

El salmista dice que Dios busca restaurarnos del enorme abismo causado por el pecado.  Sal. 85:4-5 así como para encontrar su perdón. Ahora la respuesta del pecador restaurado siempre será regocijo.  ¿Está separado de Dios porque no puede apartarse de un pecado que lo tiene atrapado?  Conozco esa sensación es horrible, quizá no esté dispuesto a dejarlo pero ¿estaría dispuesto a permitirle a Dios que venga y lo tome?  Por doloroso que sea dejar ese pecado no se compara con el gozo de la restauración. ¡Deje que Dios le restaure, deje llenarse del gozo que da la libertad de la culpa!

                    Del libro: ¡Al fin libre!