Jesús llegó a Nazaret, donde había sido criado; y según su costumbre entró en la sinagoga el día de reposo y se levantó a leer. Le dieron el libro (el rollo) del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: (Lucas 4:16,17).
“EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MI, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACIÓN DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS” (Lucas 4:18).
Hoy tenemos muchos estudiosos de la Biblia en nuestras congregaciones, muchos maestros que nos dicen hasta en los idiomas originales que se escribió esta; eruditos en el arte de interpretar correctamente las Escrituras; aunque algunas veces nos dicen que lo que leímos por mucho tiempo, en realidad no dice lo que entendimos, sino algo muy distinto.
Lo versículos que tenemos aquí, son una muestra de la verdadera interpretación de las Escrituras, (como muchos otros) por el autor de la misma Escritura: Jesús. Primero el historiador y autor inspirado, Lucas, nos narra la llegada de Jesús a Nazaret, su pueblo, y en el sábado y según su costumbre, se levanta a leer. Y le dan el libro (rollo) del profeta Isaías, quien es uno de los máximos predictores de su persona.
Congregarnos – Lo que encontramos en este pasaje (entre muchas cosas), es que Jesús tenía la costumbre de reunirse o congregarse el sábado en la sinagoga. “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10:25. Una de las tácticas que creo le han funcionado al enemigo de nuestras almas para desanimar y vencer a algunos cristianos, es apartándolos del calor de la congregación, bajo la mentira de muchas ideas o razones equivocadas. Por eso es que debemos ser sobrios y velar, no ignorando sus maquinaciones.
Leer la Escritura – El segundo punto que vemos aquí es la lectura de la Palabra de Dios. Jesús se levanta a leer (el libro de Isaías). La lectura de la Biblia entonces es algo que nunca debiéramos dejar de hacer, tanto en forma personal como pública; en nuestras reuniones de estudio y cultos de adoración hemos de seguir leyendo y escuchando la Palabra de Dios.
La verdadera interpretación – Todo lo que podamos estudiar y prepararnos debemos hacerlo; pero nunca confiar demasiado en nuestros estudios, ni tampoco dejar nuestra confianza y fe en Dios sólo en las interpretaciones de otros (aunque estén muy letrados), ya que la misma Escritura nos advierte que muchos eruditos o doctos erraron al fin, confiando más en sus propios razonamientos que en la sencilla fe en la Palabra de Dios. (“Profesando ser sabio se hicieron necios…” Ro. 1:22); y aún algunos de los intérpretes de la Ley en los tiempos de Jesús fallaron en su interpretación de las Escrituras.
Nuestro Señor Jesucristo, nuestro máximo intérprete de su misma palabra, dijo, después de las reacciones de la gente ante tal lectura de la palabra de Dios: “ …Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” Lucas 4:21.
Y sin ninguna duda de mi parte, digo que esa Escritura sigue cumpliéndose aun en nuestros días: El Señor Jesucristo sigue trayendo buenas noticias a los necesitados, sigue sanando corazones quebrantados, libertando a los oprimidos, etc. Hoy todavía es el día de salvación, hoy todavía Dios escucha nuestras oraciones y nos atiende porque justo y misericordioso es nuestro Dios. Por tanto, no desmayes en tu fe, ni en tu búsqueda de Dios, sigamos orando, sigamos rogando a Dios por nosotros y por todos los necesitados.
Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu