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EL AYUNO


La Biblia demuestra claramente que la oración está conectada o debe estar relacionada con el ayuno. El ayuno verdadero es oración intensificada. Suceden cosas extraordinarias por medio de la oración; y cuando lo intensificamos con el ayuno y con la oración sucederán cosas como la mencionada en Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”.

¿CUÁLES SON ALGUNOS EJEMPLOS BÍBLICOS DEL AYUNO?

  1. Moisés – 40 días. Éxodo 24:17-18, Deuteronomio 9:9-25
  2. Elías – 40 días. 1 Reyes 19
  3. Jesús. Mateo 4:2; Lucas 4:2

Nota: Esta clase de ayuno se llama un “ayuno de profeta”.

Moisés y Elías ayunaron 40 días sin comida ni agua.

Fueron sostenidos sobrenaturalmente por la presencia de Dios. Estos fueron ayunos dirigidos por Dios. Uno no debe intentar imitarlos si no es la voluntad de Dios.

  1. Daniel – 21 días. Daniel 10:1-3
  2. David – 7 días. 2 Samuel 12

¿CUÁLES SON ALGUNOS OTROS AYUNOS EN LA BIBLIA?

  1. Israel tenía un día de ayuno, especialmente el Día de Ayuno de Expiación. Números 29:7 y Hechos 27:9 Este era un día de aflicción del alma.
  2. Ester ayunó tres días y tres noches sin comida ni agua. Ester 4:1-6
  3. Pablo ayuno tres días. Hechos 9:9
  4. Pablo ayunaba frecuentemente. 2 Corintios 11:27
  5. La iglesia en Antioquia ayunaba. Hechos 13:2

¿PODEMOS TENER UN MOTIVO ERRÓNEO EN EL AYUNO?

Sí. La Biblia habla de aquellos cuyos motivos fueron erróneos – su ayuno fue en vano.

  1. El rey de Israel, Acab, ayunó con motivos malos. 1 Reyes 21:4
  2. Los judíos ayunaban para ellos mismos, no para el Señor. Zacarías 7:1-14
  3. Los fariseos ayunaban dos veces a la semana, hipócritamente. Mateo 9:14; Lucas 18:12

¿CUÁL ES EL MOTIVO CORRECTO EN EL AYUNO?

Isaías 58 es llamado “el capítulo del ayuno”. Nos da una descripción del ayuno correcto ante Dios. Nótese especialmente los versos 6-7, y las promesas de Dios que siguen en los versos 8-14. Este capítulo enseña la motivación correcta para un ayuno.

¿CÓMO DEBEMOS AYUNAR?

  1. Ayunando para el Señor, no para los hombres; no como los fariseos, desfigurando sus rostros. Mateo 6:16-18
  2. Humillándonos con ayuno. Salmo 35:13
  3. Afligiendo nuestras almas en oración y en ayuno. Salmo 69:10-11
  4. Ayunando con motivación pura. Isaías 58:6-7
  5. El ayuno y la oración no deben ser utilizados como “obras” para ganar algo de Dios, sino para ponernos de acuerdo con su Palabra y su voluntad.

Nota: Si un creyente no puede soportar un ayuno extendido es bueno ayunar una o dos comidas, cuando sea posible, y dedicar este tiempo a la oración y a la lectura de la Palabra. Es, también, sabio tomar mucha agua durante el ayuno para propósitos purificadores. Es de suma importancia orar para recibir el beneficio completo designado por Dios en el ayuno.

¿CUÁNDO DEBEMOS AYUNAR?

  1. Cuando somos dirigidos por el Espíritu de Dios. Lucas 4:1-2
  2. Cuando reconocemos, como individuos, que lo necesitamos. Mateo 6:16-18
  3. Cuando la iglesia entera es llamada al ayuno para ocasiones especiales. Joel 1:14; 2:15-16

¿CUÁLES SON ALGUNO RESULTADOS DEL AYUNO EN LOS TIEMPOS BÍBLICOS?

  1. Una nación fue librada de la muerte. Ester 4
  2. La ciudad de Nínive fue salvada de juicio divino. Jonás 3:2-5
  3. Los espíritus de demonios fueron expulsados. Mateo 17:14-21
  4. Los ancianos fueron ordenados. Hechos 14:23
  5. La voluntad del Señor fue revelada. Hechos 9:9-15, “El Señor dijo….”, mientras ellos ministraban al Señor y ayunaron. Hechos 13:1-4

¿RAZÓNES PORQUE DEBEMOS AYUNAR?

  1. En obediencia a la Palabra de Dios. Joel 2:12; Mateo 6:16; 9:15
  2. Para recibir la gracia y el poder de Dios. Esdras 8:23,31; 2 Crónicas 7:14
  3. Para vencer la tentación. Lucas 4:1-2, 14; Mateo 9:15-17
  4. Para ser limpiado del pecado. Jonás 3:5; Daniel 9:3; 1 Samuel 7:6; Nehemías 9:12
  5. Para debilitar la carne y recibir poder espiritual. 2 Corintios 12:9-10; Salmo 109:24
  6. Para cumplir la voluntad de Dios. Hechos 13:3; 14:23
  7. Para hallar ayuda en situaciones difíciles. 2 Samuel 12:16; Ester 4:16
  8. Para determinar la dirección de Dios. Esdras 8:21,23
  9. Para obtener revelación divina. Daniel 1:8-17; 10:7,8