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EL AVIVAMIENTO Y LA TRANSFORMACIÓN


En Romanos 1:16, 17 el apóstol Pablo dice: ”No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;… como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”

La carta de Pablo a los Romanos ha sido un precioso instrumento que el Espíritu usó para llevar a muchos a la fe en Cristo. Ha sido también el elemento catalítico para producir en la iglesia cambio, reforma, renovación y avivamiento. La Epístola a los Romanos contiene las verdades básicas del evangelio. Es sencilla, y a la vez profunda la carta.

Esta carta fue el instrumento para la conversión de Agustín de Hipona, el gran predicador, teólogo, filósofo y uno de los llamados padres de la iglesia en el siglo IV. También influyó poderosamente en la conversión del gran reformador alemán, Martín Lutero, y fue la base para la reforma religiosa del siglo XVI.

Fue también el instrumento utilizado por el Espíritu Santo para llevar paz al corazón atribulado de un clérigo anglicano del siglo XVIII, llamado Juan Wesley. Como consecuencia de los cambios producidos en la vida de este hombre, sobrevino el gran avivamiento evangélico que transformó la vida religiosa de Inglaterra y de otros muchos lugares; y muchos de nosotros somos fruto de esa herencia del “corazón ardiente”

A principios del siglo, un pastor evangélico suizo llamado Karl Barth descubrió un mundo nuevo en la Biblia, que hablaba poderosamente a la iglesia del siglo XX, su descubrimiento comenzó al concentrarse en el estudio de Romanos y aplicar su estudio a los problemas contemporáneos.

Esta carta de Pablo ha sido usada por Dios para producir transformación espiritual. Afectó al mundo del primer siglo, fue base para la formación de la teología en el siglo IV, fue el documento base para probar la justificación por la fe en el siglo XVI y ayudó a resolver problemas humanos durante el siglo XX. Hoy, en pleno siglo XXI, sala del postmodernismo, era de revolución tecnológica, digital y científica donde el hombre con sus grandes telescopios en el espacio pueden observar lugares inimaginables, tiempo de grandes avances y descubrimientos; donde también los paradigmas antiguos han caído. Finalmente, En el Antiguo Testamento Dios tiene un Templo para su pueblo. En el Nuevo Testamento Dios tiene un pueblo por Templo. Durante el reinado de Ezequías tuvo lugar un gran avivamiento en el Templo de Jerusalén. Un avivamiento en el Templo conmovió la nación para Dios. El joven rey reunió al pueblo, purificó el Templo y condujo al pueblo a su consagración a Dios. El mismo principio puede conducir a la renovación espiritual  en tu corazón. Tú puedes experimentar un avivamiento en el Templo de tu corazón. Considera la prioridad que revela EL avivamiento. Una experiencia de renovación personal para la nación y para él mismo vino a ser la pasión del joven  rey (ver vv. 3,17,20,36) La renovación espiritual debe tener el primer lugar o no tendrá lugar alguno. Considera la adversidad que revela el avivamiento. El lugar de la iluminación espiritual estaba oscuro. El lugar de la intercesión en oración estaba silencioso. El lugar de la consagración sacrificial estaba frío. Considera la actividad que renueva el avivamiento. El avivamiento renueva  la purificación interna. El avivamiento renueva la consagración personal. El avivamiento renueva la exaltación espiritual. ¿Será nuevamente posible que esta palabra revelada vuelva ha tener sentido para la humanidad? En lo personal creo que ¡Sí!, pero, será necesario e indispensable que el cristiano actual no se avergüence del Evangelio y lo comparta con todos, en todo tiempo, para Salvación.

Pbro. Rodolfo Torres