Para algunos Dios es un sanador que está obligado a curarme si se lo pido, aun sin importar si la razón por la que estoy enfermo es mi propia culpa; para otros Dios es una especie de banco o de monedero que esta obligado a darme dinero, comida, vestido y todo lo que necesito y hay algunos que piensan que están siendo bendecidos por Dios cuando tienen muchos bienes y que perdieron su bendición si están pasando por problemas financieros; para otros Dios es un protector que tiene como obligación el cuidarlos de las personas y cosas que ellos consideran malas; hay quienes ven a Dios como alguien que esta obligado a cumplir sus promesas, algo así como la contraparte en un contrato que obliga a Dios a cumplir todas sus bendiciones sobre mi sin importar cómo soy yo; para otros “las palabras tienen poder” y hacen declaraciones con su boca pensando que todo lo que digan se cumplirá solo porque lo han “declarado”, por la misma razón estas personas no quieren decir nada malo acerca de sí mismos porque piensan que también se cumplirá. Para todos ellos es un gran problema si Dios no hace lo que ellos piensan, y muchos de ellos pueden llegar a pensar que “Dios no existe” cuando sus expectativas no son cumplidas desde el cielo.

Existen también los que piensan que deben hacer algo o dejar de hacer algo para obtener el favor de Dios, los que hacen sacrificios (incluso físicos), los que se abstienen de ciertos productos (como el café o la cocacola), los que predican de casa en casa hasta obtener una “cuota” de puertas tocadas, los que hacen constantes y largos ayunos solo para pedirle algo a Dios, los que se someten a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (Col 2). Cuando estas personas hacen lo que consideran su obligación ante Dios (o se abstienen de lo que deberían abstenerse para agradar a Dios), y Dios no cumple con sus expectativas, ellos se decepcionan y pueden también llegar a pensar que Dios no existe porque no les cumplió a pesar de sus esfuerzos.

Algunos son más “bíblicos” y recitan ciertos versículos como todo lo puedo en Cristo que me fortalece, o frases como me cubro con la sangre de Cristo pensando que al hacerlo están activando una clase de favor divino sólo por haberlo dicho, y lo repiten constantemente pensando que cada vez dará resultado. Con ellos pasa lo mismo cuando no ocurre lo que ellos repitieron y las dudas surgen también.

Lo más increíble es que cuando todas estas personas llegan al punto dudar de la existencia de Dios en realidad tienen razón, Dios no existe, al menos no de esta forma. El Señor es sanador, proveedor y protector pero no es el genio de la lámpara que cumple deseos cada vez que se los pedimos. Nos ha dado promesas que podemos hacer nuestras pero no porque Él esta obligado a cumplirlas sino porque desea hacerlo y, de hecho, muchas de sus promesas están condicionadas a la obediencia. Dios quiere que hagamos ciertas cosas y nos manda abstenernos de ciertas otras pero no en forma coercitiva (obligatoria) sino para bien nuestro, y lo último que espero es que nos volvamos legalistas o religiosos que intentan estar bien con él a través de sus obras y sus abstenciones. Dios no existe de esta forma, la cual implica un Dios incompleto, nuestro Dios es también cosas que a veces no nos gustan y la vida que Él manda implica también sacrificio y dolor. Dios sí existe pero su forma de ser esta en la Biblia y no en uno o dos versos sino en cada libro de la Biblia que nos muestra otra faceta de su hermoso y complejo carácter. Es tiempo de conocer el Dios verdadero, el otro es producto de nuestra gran imaginación, el real está en la Biblia, en toda la Biblia… Y lo mejor es que Él quiere ser hallado…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla