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DIOS ES UN DIOS DE PROCESOS


Ahora que tiene un año nuevo frente a usted es importante que recuerde que los tiempos son de Dios y solo El tiene control del futuro; nuestra labor es entender qué papel nos toca realizar y hacerlo bien, y por esto hoy quiero hacer presente en nuestros corazones una verdad muy importante que está reflejada en toda la Biblia. En el principio había un desorden en la Tierra y, a pesar de que Dios pudo haber ordenado todo en un solo instante, decidió mejor tomarse su tiempo y hacer las cosas en diferentes días (o periodos según la interpretación que se le dé), y aun al final de estos días decidió descansar. Más adelante decidió tomar de entre toda la humanidad a una familia a partir de la cual bendeciría al resto, pero no tuvo ninguna prisa en hacerlo, sino que hizo una promesa y tardó varios años en cumplirla (lo suficiente para que Sara se desesperara). Así como en estos dos ejemplos, la naturaleza muestra también que a Dios le gustan los procesos “lentos” como lo son la maduración de un árbol, la vida de ciertos animales y aun la vida humana, que toman años en ocurrir. Al reflexionar en esto no podemos sino comprender que varias cosas en nuestras vidas ocurrirán de la misma forma, los procesos importantes toman tiempo en suceder y la madurez también; lo importante en el asunto de los procesos es no retrasarlos ni adelantarlos sino aprender a disfrutarlos, especialmente porque muchos momentos no se repetirán. Sé de muchas personas que viven la vida con demasiada prisa y pierden los momentos y los detalles que la hacen realmente valiosa (yo mismo estoy aprendiendo a disfrutar a mis hijas cuya niñez esta pasando demasiado rápido). Hay personas que siempre están esperando algo que ocurrirá o que esperan a ser felices a partir de un evento futuro (una boda, un trabajo, llegar a cierta edad, etc.); estas personas rara vez disfrutan lo que tienen hoy, lo cual es amonestado en el libro de Eclesiastes (a partir del capítulo 3 y hasta casi el final libro). El escritor de este libro nos hace reflexionar sobre cómo es un don de Dios el disfrutar de lo que uno tiene el día de hoy y no vivir afligido o “estresado” por el día de mañana, es cierto que hay sabiduría en planear y que no podemos vivir sólo en el presente, pero también la Biblia y la naturaleza nos ayudan a entender que es Dios quien escogió para nosotros que muchas cosas importantes tomen su tiempo, de modo que es mejor para nosotros aprender a disfrutar, agradecer y vivir con intensidad cada momento en el temor de Dios.

Pbro. Efraín Reyes.