Durante la semana en la radio escuche un programa con el título “el equilibrio como estilo de vida”… hablaba del equilibrio en tu vida diaria (trabajo, casa, estudios, etc.). Dentro de las definiciones que manejaban era ecuanimidad, mesura, sensatez en los actos y juicios; contrapeso, contrarresto, armonía entre cosas diversas. Al cambiar de estación me topo con los comentarios del clásico, el cual fue noticia toda la semana, nada equilibrados de aficionados de ambos equipos.
Estas semanas al revisar las redes sociales han estado llenas de comentarios nada mesurados donde se provoca al rival en turno, se burlan, insultan, etc. Es tal el desborde de la pasión donde al conocido comentarista que apoya a los tigres se le insulta y desea la muerte, donde se llegan a agresiones físicas solo por portar la otra camiseta, etc. Esto llega al fanatismo y se ve al futbol como una religión. Muchos pensarán que esto aplica solo afuera, pero cuantos hermanos en la fe no son arrastrados por esta misma pasión al grado de malhumorarse si su equipo no gana. Con esto no quiero dar a entender que el futbol es malo, simplemente no hemos sido equilibrados al dar la prioridad correcta. En ocasiones hemos puesto cosas antes que Dios, algunos puede ser el futbol, pero hay tantas cosas que quieren robar el lugar que Dios quiere y demanda de nosotros. Nuestro Dios es un Dios celoso y no comparte Su gloria con nadie más. Dios quiere ser el número uno en tu vida, y esto se refleja con tus acciones.
¿Tus acciones reflejan la pasión que tienes por Dios? ¿Estas reflejan el lugar que a Dios le corresponde? Como iglesia hemos convocado al ayuno para que Dios obre en nuestra iglesia: ¿estas ayunando?; como iglesia hemos convocado a la oración: ¿estas orando?; los pastores hacen la invitación para buscar a Dios: ¿lo buscas diariamente a través de la palabra?; se ha invitado a servir en el ministerio de acción social, evangelismo, oración, escuela dominical, etc.: ¿estas sirviendo?; se ha hecho la invitación para capacitarte en escuela de ministerios, escuela de familias, radio, etc.: ¿te estas capacitando?
Esta es una invitación para reflexionar que es lo que hay en nuestro corazón, examinar nuestras motivaciones y prioridades. El día de hoy puedes decidir ponerte a cuentas con Dios y poder decirle como decía el salmista: Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta! Salmo 19:12 TLA
Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. Proverbios 23:26
Yared Cepeda