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DIFERENCIA ENTRE UN CREYENTE Y UN DISCIPULO


Tomado del libro: “Carne para el Espíritu”de Rodolfo Loyola Loyola.

CONCEPTO:

Todo discípulo es un creyente, pero no todo creyente es un discípulo.

 

1.-     El creyente suele esperar panes y peces; el discípulo es un pescador.

2.-     El creyente lucha por crecer; el discípulo por reproducirse.

3.-     El creyente se gana; el discípulo se hace.

4.-     El creyente depende en gran parte de los pechos de-la madre: el pastor; el discípulo está destetado para servir.

5.-     El creyente gusta del halago; el discípulo del sacrificio vivo.

6.-     El creyente entrega parte de sus ganancias; el discípulo entrega parte de su vida.

7.-     El creyente puede caer en una rutina; el discípulo es revolucionario.

8.-     El creyente busca que le animen; el discípulo procura animar.

9.-     El creyente espera que le asignen tarea; el discípulo es solícito en asumir responsabilidades.

10.-  El creyente murmura y reclama; el discípulo obedece y se niega a sí mismo.

11.-  El creyente suele ser condicionado por las circunstancias; el discípulo aprovecha las circunstancias para ejercer su fe.

12.-  El creyente reclama que le visiten; el discípulo visita.

13.-  El creyente busca en la Palabra promesas para su vida; el discípulo busca vida para cumplir las promesas de la Palabra.

14.-  El creyente es “yo”; el discípulo es “ellos”.

15.-  El creyente se sienta para adorar; el discípulo anda adorando.

16.-  El creyente pertenece a una institución; el discípulo es una institución él mismo.

17.-  En el creyente la unción del Espíritu Santo es confirmación y meta; en el discípulo es medio para lograr la meta de ser testigo eficaz a toda criatura.

18.-  El creyente vale para sumar; el discípulo para multiplicar.

19.-  Los creyentes aumentan la comunidad; los discípulos aumentan las comunidades.

20.-  Los discípulos de la iglesia primitiva trastornaron al mundo; los creyentes del siglo XXI están siendo trastornados por el mundo.

21.-  Los creyentes esperan milagros; los discípulos obran milagros.

22.-  El creyente es un ahorro; el discípulo es una inversión.

23.-  Los creyentes destacan llenando el templo; los discípulos se hacen para conquistar al mundo.

24.-  Los creyentes suelen ser fuertes como soldados acuartelados; los discípulos son soldados invasores.

25.-  El creyente cuida de las estacas de su tienda; el discípulo ensancha el sitio de su cabaña.

26.-  El creyente hace hábitos el discípulo rompe los moldes.

27.-  El creyente sueña con la iglesia ideal; el discípulo se entrega para lograr la iglesia real.

28.-  La meta del creyente es ganar el cielo; la meta del discípulo es ganar almas para el cielo.

29.-  El creyente maduro se hace discípulo; el discípulo asume los ministerios del cuerpo.

30.-  El creyente necesita de campañas para animarse; el discípulo vive en campaña porque está animado.

31.-  El creyente espera un avivamiento; el discípulo es parte de él.

32.-  El creyente agoniza sin morir; el discípulo muere y resucita para dar vida.

33.-  El creyente aislado de su congregación se lamenta de no tener ambiente; el discípulo crea ambiente para formar una congregación.

34.-  Al creyente se le promete una almohada; al discípulo una cruz.

35.-  El creyente es socio; el discípulo es siervo.

36.-  El creyente se enreda con la cizaña; el discípulo supera las escaramuzas del diablo y no se deja confundir.

37.-  El creyente es espiga; el discípulo es grano lleno en la espiga.

38.-  El creyente es “ojalá”; el discípulo es “heme aquí”.

39.-  El creyente es valioso; el discípulo es indispensable.

40.-  El creyente, quizá, predica el Evangelio; el discípulo hace discípulos.

 

 

“Por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:16)

 

Pbro. Rodolfo Torres Pérez