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DEL CAUTIVERIO A LA LIBERTAD


 Lo que vemos como nuestra esclavitud, se puede convertir en una conquista para la verdadera libertad.

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Dn 4.37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

Daniel, Ananías, Misael y Azarías son llevados cautivos a Babilonia por Nabucodonosor. Se niegan a comer lo que la ley de Dios les prohíbe sujetándose a una comida de legumbres, más el hacer la voluntad de su Señor les alimenta mejor que la mejor de las carnes, y los llena de energía más que la riqueza de las grosuras. Son llenos de sabiduría, y ante el rey de Babilonia dan testimonio. Estos cuatro jóvenes están cautivos en Babilonia por Nabucodonosor. Este sueña, y solo por Daniel es mostrado el sueño y su interpretación. El rey de Babilonia es convencido por quienes cautivó para poner a Daniel por autoridad. Los cuatro hebreos siguen cautivos en Babilonia por Nabucodonosor. Este hace una estatua para que la adoren. Ananías, Misael y Azarías se niegan a hacerlo, dispuestos a dar sus vidas para no pecar contra su Dios. Su fidelidad los libra del horno ardiente, y el Hijo del Hombre los acompaña en el fuego, para que ningún daño reciban. Nabucodonosor es convencido que ningún Dios como el de estos cuatro judíos. Y, siendo cautivos en Babilonia, tienen ahora puestos de altura asignados por Nabucodonosor. Este vuelve a soñar, Daniel le interpreta el sueño, y le aconseja que reconozca que solo del Rey de los judíos viene el poder. Cae en locura, y al humillarse, es restaurado. Nabucodonosor reconoce al Dios de Daniel, Ananías, Misael y Azarías como el único y verdadero Dios. Ellos un día fueron llevados cautivos a Babilonia por Nabucodonosor. Ahora han llevado cautivo a Nabucodonosor, al Señor del universo. La obediencia, el temor a Dios, su fidelidad, su testimonio, su valentía, y otras virtudes más, fueron sus armas de conquista y victoria. Daniel, Misael, Azarías y Ananías, no fueron cautivos por Nabucodonosor; siempre fueron libres. El que vivía en prisiones era Nabucodonosor, ellos le dieron libertad; y lo llevaron cautivo al reino de Dios.

                                                              Jorge  Figueroa del Valle