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Crecimiento Natural de la Iglesia


Se vive en una sociedad individualista donde un gran número de personas viven aisladas en redes sociales sin interactuar de manera natural con otros. Aunque la iglesia haga uso de los grupos cibernéticos (que no son malos) jamás deberá de dejar de interactuar de manera natural para su crecimiento: Hechos 2:46 7 47, 5:42.

La vida de la iglesia se basaba en la reunión en grupos pequeños. Ahí se desarrollaba el carácter del creyente y se vivía la armonía en una relación personal y grupal. El metodismo entendió éste principio natural de crecimiento de iglesia y lo sumó a su estilo de vida en grupos pequeños llamados clases. Los creyentes no eran seguidores de Cristo; es decir, simpatizantes, eran discípulos que hacían discípulos. Para Juan Wesley la iglesia no debía engendrar hijos para Satanás haciendo referencia sobre aquellos creyentes que recién creían en Jesucristo y no eran incorporados a un grupo pequeño para su cuidado espiritual. Las clases eran reuniones que no sustituían las sociedades (Cultos, en nuestro equivalente) sino eran el complemento necesario para el crecimiento de la vida cristiana durante la semana.

Las células no son un programa de la iglesia, son su estilo de vida. La manera natural en que crece y desarrolla su vida cristiana en un ambiente de apoyo por otros discípulos, en la exposición de la enseñanza bíblica y el compartir el mensaje de salvación a los necesitados. Células no son una etapa de la iglesia, es su desarrollo cristiano, el ambiente propicio para que se dé la consolidación y se forme al creyente para el ministerio. El individualismo atenta contra la esencia de la iglesia, creyentes aislados desconectados del resto del Cuerpo siendo blanco para caer sin que haya alguien que le levante, creyentes desinformados por la sociedad sin una postura y criterio bíblico debido a que carecen de una formación bíblica, y una iglesia separada sin sentido de pertenencia.

El crecimiento natural de la Iglesia se da en grupos pequeños, en la relación y la unión de sus miembros. Llámese células, clases, círculos de creyentes, estudios bíblicos; es en la relación de un creyente que comprende a otro creyente, le orienta y anima a continuar en Cristo. La iglesia es un conjunto de pequeños grupos reunidos semanalmente para su alimentación espiritual, apoyo y comunión unos con otros, y donde se gana a otros para Cristo. Cada célula en hogar es una luz de esperanza y verdad a una comunidad ávida de amor y restauración. No sólo es nuestra referencia metodista por la que debemos crecer en células sino persuadidos porque es un principio bíblico, el círculo que hace de los creyentes discípulos que hacen discípulos, su única manera natural de crecer y desarrollarse en Cristo.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano.