Hechos 18:26. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.
Hablar de discipulado, es hablar de conocer más exactamente el camino de Dios, es obedecer a los mandamientos de Cristo, que dijo: “Vayan y hagan discípulos, y enséñenles todas las cosas que yo les he enseñado a ustedes”
Como Apolos, tenemos mucha gente en nuestra iglesia que sabe y habla de Jesús, pero muchos requieren que se les exponga más exactamente el camino de Dios. Y para ello, nuestros líderes de la Trinidad, están “exponiendo” cada domingo a diferentes horas, y otros días; más exactamente el camino de Dios. ¿Pero qué es esto? Bueno, el ejemplo de Apolos nos dice que era un hombre conocedor de las Escrituras (La Biblia) y hablaba de Cristo, pero solo lo que le habían enseñado de la predicación de Juan el bautista, (al parecer, estaba muy atrasado en noticias) de lo que Dios sigue haciendo; es decir, se quedó en la predicación de Juan, antes de que este conociera y tuviera su encuentro con Jesús en el Jordán, cuando le bautizó y los cielos se abrieron y habló el Padre a todos los presentes; tampoco sabía de los tres años de ministerio de nuestro Señor Jesucristo en los que enseñó, sanó, refutó, corrigió, etc. ; ni tampoco estaba informado de su crucifixión, resurrección y apariciones a más de 500 hermanos; por consiguiente también ignoraba La venida del Espíritu Santo en el día de pentecostés próximo a esa pascua cuando Jesús murió por los pecados de todo el mundo. Pues entonces, ¿qué sabía de Jesús el erudito Apolos? Muy poco. Pero hay una pregunta aun más interesante, ¿qué o cuánto sabes tu de Jesús? Todos necesitamos que se nos exponga más exactamente el camino de Dios, porque este camino nunca termina ni se detiene, cada día necesitamos, nos urge conocer más exactamente el camino de Dios.
Dispongamos nuestro corazón y actuemos para aprender la Palabra de Dios, animemos a nuestros hermanos recién convertidos y ayudémosles para que tomen un discipulado básico por lo pronto, hasta que por sí mismos decidan sumergirse en la hermosa aventura del saber y vivir la Palabra de Dios,
Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu