Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


AÚN ES TIEMPO…


Cuando cumplí siete años, mi papá llegó de sorpresa a mi salón de clases y me llevó un globo gigantesco y un precioso ramo de flores. Un hermoso detalle que se quedó impreso en mi corazón para siempre. Veintitrés años después, sorprendió a mis hijas en su escuela de la misma forma que lo hizo conmigo. La alegría que les produjo y la expresión en sus rostros fue exactamente como lo que yo sentí aquella vez…

En una ocasión escuché que la forma de educar y tratar a tus hijos trasciende (para bien o para mal) hasta tus nietos y bisnietos. Cada día compruebo esta verdad cuando yo misma repito a mis hijos frases célebres de mi mamá o reacciones de mi papá, (en esos momentos siento que son ellos los que me están educando a mí en lugar de yo a mis hijos). Esto me hace pensar que la responsabilidad de padres es mayor a sólo educar a los hijos, esta tarea va más allá, alcanza a más generaciones, así que es necesario que pongamos aun más atención en nuestro desempeño como padres.

En la Biblia vemos la historia de muchos papás, unos con un buen desempeño y otros con resultados de su paternidad muy desafortunados.  Te invito a estudiar algunos de ellos y mientras lo haces, analiza si tu experiencia se identifica con uno o más personajes.

Abraham: Era tramposo, y esa tendencia la heredaron su hijo, su nieto y bisnietos. Gn. 20.1-2, 26.6-11 y cap. 27.

Jacob: Abusaron sexualmente de su hija y no supo reaccionar correctamente. Tenía un hijo favorito, incitando así los celos y la envidia entre sus otros hijos. Gn.34 y  Gn. 37.3-4 

Moisés: Un gran personaje, pero su hijo no trascendió como él ni fue él quien continuó la tarea de su padre. Dt. 34.9

Eli: Amaba y servía a Dios, pero no les “estorbaba” a sus hijos en sus malos caminos, “honrando a sus hijos más que a Dios”. 1ª Sam. 2.27 – 3.18

David: Fue menospreciado por su propio padre (1ª Sam 16.6-7) pero se volvió un hombre conforme al corazón de Dios (1ª Sam. 13.14),  sin embargo tuvo un hijo violador, uno asesino, (2ª Sam. 13) otro idolátra y mujeriego (1ª Reyes 11. 1-13). Ninguno de ellos amó a Dios como David su padre.

Sacerdote Zacarías: (y su esposa)…eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor” (Lc. 1.6), Dios les dio un hijo con un propósito especial (1.13-17) y ellos supieron guiarlo por ese camino.

Si bien es muy cierto que cada quien será juzgado por sus propias acciones y que cada uno morirá por sus propios pecados (Jer. 31.29-30), también es una realidad que el desempeño del padre de familia influye en gran manera en la vida de sus hijos (y nietos). Hermano, quizá te identificas con alguno de estos personajes bíblicos y te das cuenta que hay cosas que no han salido bien en tu papel como padre, pero aún hoy tienes la oportunidad de autoevaluar tu paternidad, clamar a Dios y pedirle sabiduría para aprovechar bien el tiempo que te queda para restaurar, aconsejar, interceder, perdonar, pedir perdón y ayudar a tus hijos a andar por el camino que Dios trazó para ellos desde el principio. Dios sabía que no eras perfecto cuando te dio hijos, sabe que no lo eres aún, pero Él está contigo, es tu ejemplo, tu guía, tu luz, tu fortaleza, tu esperanza, tu ayudador… con Él a tu lado, estoy segura que te será menos complicado seguir adelante en tu papel de papá o de abuelo; pide su ayuda y darás mejores cuentas de la tarea que se te encomendó y disfrutarás de ver la bendición del Señor sobre toda tu descendencia.

Que tengas un Día del Padre lleno del amor de Dios y de tu familia!!

                                               Carolina Romero