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Afirmó su rostro


Y aconteció, que cumpliéndose el tiempo en que había de ser recibido arriba, Él afirmó su rostro para ir a Jerusalén” Lucas 9:51. 

El evangelio de Lucas cita la expresión “Afirmó su rostro para ir a Jerusalén”, expresión que marcaba el inicio del camino de Jesús hacia el cumplimiento de su misión. Ejemplo de obediencia y fe para la iglesia, que a pesar de lo difícil que represente cumplir con lo que DIOS quiere, siempre se debe acatar con su voluntad que es buena, agradable, y perfecta. Dice la Escritura “Yo tengo una comida que comer” (Juan 4:32). Todo el tiempo Jesucristo tenía en claro su propósito de parte del Padre, por lo que, en el cumplimiento de sus tiempos, afirmó su rostro hacia su destino.

Cumpliéndose el tiempo en que había de ser recibido arriba no trató de evadir su misión sino afirmó su rostro en una evidencia de su carácter en decisión para, a pesar de su sufrimiento, cumplir con su llamado. La fidelidad de DIOS por cumplir su Palabra es tan grande que movido por su amor hacia el hombre no le importó morir, afirmando su rostro para iniciar su rumbo al calvario. Jesús entraría a Jerusalén sabiendo era el comienzo de su sufrimiento, que habría de ser traicionado, juzgado, flagelado, y crucificado pero viendo  hacia su recompensa era motivado:

“El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Sus ojos estaban puestos en el beneficio de salvar su especial tesoro: La humanidad. Cuánto amor hallamos en la expresión “afirmó su rostro”, inmerecido sufrimiento pero necesario para salvarnos, agradecida la iglesia debe vivir por la eternidad para con Jesucristo, mártir de paz.

¿Qué enseñanza se substrae? No importa la prueba que se venga, el rostro debe ser afirmado con tal de obtener la satisfacción de cumplir con la voluntad del Señor y obtener la recompensa de haber obedecido y guardado la fe. La iglesia jamás pasará un calvario semejante al de su Señor; Él sufrió sin merecerlo, fue expuesto a las condiciones más terribles en lo físico, y comparado a esto, toda prueba resulta menor aun y cuando es calificada en tantas ocasiones como “terrible por lo que estoy pasando”. No deja de ser dolorosa, pero halle su ánimo y entereza en el ejemplo de su Señor en tomar determinación para cumplir satisfactoriamente con el plan y propósito de DIOS. Ninguna prueba es para siempre, se llega el tiempo de su cumplimiento no teniendo un destino incierto o de muerte, todo lo contrario, el deseo de DIOS es otorgar gloria y victoria como en la misión de Jesucristo quien sería crucificado y muerto pero resucitaría y sería  recibido arriba a la diestra del Padre, en gloria.

¿Cuántas veces tratas de postergar lo que no te agrada? Jesús no lo hizo, tuvo determinación para cumplirlo. No se basó sobre lo que quería sino sobre aquello que el Padre deseaba. No renunció ni postergó, tomó la decisión de ir y cumplir con su misión.

En este inicio de Semana Santa reflexiona sobre cada prueba que a tu vida llega y afirma tu rostro hacia Jerusalén para gozarte no en tu dolor sino en tu victoria, porque detrás de cada tiempo de prueba hay una recompensa en gloria.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna