Esta escrito que fuimos hechos para la alabanza de su gloria (Ef 1), es decir para alabarlo por su grandeza, para exaltarlo y darlo a conocer en las naciones; también es cierto bíblicamente que en el futuro lo alabaremos mientras al estar cara a cara con Él. Sin embargo, hemos creído muchas veces que alabarle es solo cantar aunque es claro que significa mucho más, es que su nombre sea exaltado por los hombres como resultado de lo que ven en nosotros, es decir, vivir de tal manera que Él sea honrado a través de la vida y el ejemplo que sus hijos dan en la sociedad; aún existe un siguiente nivel de alabanza y es aquél que ofrecen los que han sido probados por Dios pero aun le siguen amando y agradeciendo. Pero ¿hay algo después de este nivel de alabanza? Es decir ¿hay algo más que cantarle de corazón o que honrar su nombre con nuestros hechos? La respuesta es sí, hay al menos dos niveles más de adoración, el primero es el que llevamos a cabo cuando superamos nuestros temores y prejuicios y comenzamos a hablar con palabras acerca de Jesús a aquellos que no le conocen, es cuando todos se dan cuenta, ya no solo porque andamos en la iglesia o nos comportamos diferente al resto, sino porque comenzamos a hablar con denuedo en nuestro medio (escuela, trabajo, vecindario, etc.) sin importar lo que piensen acerca de nosotros. Aún hay un siguiente nivel de adoración y es aquél que practican aquellos que hablan de Jesús a personas que no quieren oír de Él y en lugares donde está prohibido hacerlo… ¿Porqué esto es adoración? Porque adorar significa reconocer, amar, exaltar y aquellos que lo reconocen entre los que no son cristianos, aquellos que lo aman obedeciendo su orden de predicar a toda criatura y aquellos que lo exaltan sin importar persecución o muerte están viviendo vidas que suben como un olor fragante ante Dios, como una melodía coherente entre sus actos y sus palabras.
Por lo anterior se dará usted cuenta que adorar no es cantar algo que no se vive, no es pertenecer o liderar un grupo de alabanza, no es saberse mil cantos o tener cientos de discos, ni poner el estereo a todo volumen para que mis vecinos escuchen pero sin comportarme como hijo de Dios, y mucho menos tener música pirata. Adorar es el resultado de amar al Señor, de amarlo a pesar de que Él nos ponga a prueba, a pesar de la persecución, es obedecerlo y vivir vidas coherentes con nuestra fe… ¿En qué nivel de adoración andamos? ¿Qué esperamos para subir al siguiente nivel?