¿Has escuchado a esas personas que hablan y hablan y no se detienen? ¿Has oído a las personas que aprovechan el micrófono para verse bien o lucirse? ¿No te caen mal? ¿Te ha tocado estar en una situación donde la persona encargada de dar el discurso, clase, sermón o disertación simplemente no llama tu atención y quisieras que el evento acabara lo más rápido posible? Creo que a veces Dios experimenta eso cuando nos escucha orar, Jesús explicó: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres… Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos… vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis… cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público…” Esto no es otra escritura para hablar de recompensas en los cielos, en realidad es lo que Dios piensa acerca de la oración y quedan claras las siguientes cosas: A Dios no le gusta que usemos la oración como pretexto para lucirnos; Él no desea que estemos diciendo y pidiendo siempre lo mismo (esto sería como una novia que no sabe decirle otra cosa a su novio que “perdón” o “te quiero mucho”); en realidad Dios prefiere la fe que las repeticiones, especialmente porque sabe qué le vamos a pedir; nuestro Dios está interesado en una plática constante, personal y voluntaria, una que sale de corazón, a pesar que le gusta bendecirnos seguramente está harto de aquellos que sólo se acercan para pedirle cosas o cuando están en aprietos; Dios no nos quiere repitiendo palabras como fórmulas de matemáticas… todo el asunto está en la madurez de tu relación con Él, cuando eres un pequeño, solo te interesa lo que Él puede darte a ti (sus recompensas), pero conforme maduras prefieres estar con Él sólo porque te gusta su compañía y su presencia (y aun si pides algo normalmente no lo pides para ti mismo sino para otros)… ¿Qué tipo de persona eres ante Dios? ¿Eres de los pequeños que siempre están solo pidiendo? ¿Te gusta orar? ¿Te pesa? ¿Tienen que recordártelo o buscas a Dios tú solo? ¿Tu voz es conocida en los cielos? ¿Es anhelada?… dejemos de aburrir a Dios, salgamos de nuestra inmadurez espiritual, Dios quiere hablarnos, quiere revelar (cosas) y revelarse (a sí mismo), dejemos de ser sus hijos latosos y seamos de sus hijos amados, aquellos que son sus amigos, que son conforme a su corazón…