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“De las buenas obras”  


Los artículos de religión de la Iglesia Metodista de México, A. R., son 25 posturas sobre distintos temas doctrinales representando el criterio doctrinal de la iglesia en determinados asuntos teológicos. El décimo artículo es: “Aunque las buenas obras son fruto de la fe y siguen a la justificación, no pueden librarnos de nuestros pecados, ni soportar la severidad del juicio de DIOS. Sin embargo, son aceptadas y agradables a DIOS por medio de Cristo y surgen de una fe viva y verdadera, de tal manera que por ellas una fe viva se pueda conocer tan evidentemente como se conoce al árbol por su fruto”.

La fe sin obras es muerta (Santiago 2:17), por lo que, la fe que salva, tiene obras que dan evidencia de su veracidad y genuinidad. Entonces, las obras no son un elemento de salvación ni de justificación, son su consecuencia, el fruto de haber creído en DIOS, y el testimonio de salvación de quien las hace. Abraham fue justificado por sus obras debido a que eran el resultado de su fe, no fueron las obras quienes le llevaron a su justificación sino la fe. Cualquier creyente que afirme tener fe y ser salvo por creer a la sustitución de la cruz ha de tener la evidencia de las obras que respalden y acrediten que su fe es genuina, de no ser así, la fe es muerta, no existe.

La fe del creyente en Cristo ha de tener obras no para alcanzar la salvación puesto que ésta la tiene en el momento que decide creer en Cristo como Señor y Salvador; la salvación es un regalo de DIOS (Romanos 6:23), ha de manifestar las obras como el testimonio de su condición de salvación. La fe no es un asunto del intelecto, es la práctica de los mandamientos del Señor. Los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19) pero no tienen obras, su manera de creer en DIOS es meramente reconocer su realidad pero no estar rendidos a Él. Quien señala creer en DIOS no ha de ser en la expresión del intelecto, es decir, reconocer que hay DIOS pero vivir sin Él, ha de ser en la práctica de la Verdad de DIOS expresada en su Palabra. Dichas obras, son aceptadas por DIOS por medio de Jesucristo puesto que proceden de una fe genuina, de una vida que ha sido rendida a los pies de su Salvador. Las buenas obras en el creyente son la consecuencia de su fe en Cristo como su Señor, la evidencia de que en realidad es salvo por la Gracia de DIOS en Cristo.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna