Claman los justos, y Jehová oye. Salmo 34:17
La oración posee garantía que DIOS siempre oye la petición pero no indica que la respuesta sea siempre la esperada. De orar y no suceder lo que se espera no quiere decir que DIOS no haya escuchado, quiere decir que su voluntad es otra. Orar siempre tiene una respuesta y el resultado.
Cuando DIOS responde y no es lo esperado, se piensa y cree que es por causa de pecado pero no es así. Sí en el caso de David que oraba por la sanidad de su hijo (2º Samuel 12:16), y finalmente muere (2º Samuel 12:18), fue por ser un juicio de DIOS previamente anunciado a causa de su pecado (2º Samuel 12:14), pero no refiere a una doctrina que establezca que todas las veces que DIOS niega algo sea esa la causa. Qué decir de la oración del Señor Jesús en el Getsemaní (Mateo 26:39), oración que enseña a la iglesia a supeditar toda su voluntad a la voluntad del Padre, y a entender que hay respuestas negativas de DIOS a peticiones porque sus planes y propósitos son otros, y no por causa del pecado. DIOS libra de las angustias al justo, el resultado siempre es así. En el momento de vivir la prueba orando se recibe su paz, y también después, una vez que se ha recibido la respuesta cualquiera que sea, se es librado de la angustia (2º Samuel 12:20). No es en razón de una respuesta determinada a la oración sino a la aceptación de la voluntad de DIOS, y ésta llega, cuando se continúa orando y confiando en la soberanía y bondad de DIOS, cuando DIOS no deja de serlo aun y cuando da respuesta que no se esperaba.
DIOS hará entender el camino por el cual se debe andar (Salmo 32:8). Siempre oye y responde, y el resultado de orar se da, el justo es librado de su angustia. No se olvide que DIOS responde: sí, no, o espera, y se debe vivir confiando en que ninguna situación sale de su control.
Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna