Las Sagradas Escrituras contienen todas las cosas necesarias para la salvación del hombre, de manera que no se debe exigir que ningún hombre reciba por articulo de fe, ni considere que es requisito necesario para la salvación nada que en ellas no se lea o que no se pueda probar con ellas.
Con el nombre de las Sagradas Escrituras entendemos, que se trata de aquellos libros (39) del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento (27) de cuya autoridad nunca ha habido ninguna duda, por nosotros los cristianos, ni por la iglesia de Cristo que la representamos aquí en la tierra.
El Antiguo testamento no es contrario al Nuevo Testamento, pues en ambos testamentos se ofrece la vida eterna a toda la humanidad por Cristo, el cual es el único mediador entre Dios y los hombres y al mismo tiempo es Dios y es Hombre. Por lo cual no se debe escuchar a aquellos que inventan que los antiguos patriarcas tenían puesta sus esperanzas tan solo en promesas transitorias. Aunque la ley que dio Dios a Moisés , en lo que se refiere a ceremonias y ritos, no obliga a los cristianos, ni deben de ser recibidos sus preceptos civiles en ningún estado o nación, sin embargo, ningún cristiano queda exento de la obediencia a los mandamientos que se llaman morales y de todos aquellos mandamientos que con la ayuda debida del Espíritu Santo, nos ayuda a una vida en santidad.
La Biblia es Palabra de Dios, la revelación Divina para el hombre y la regla infalible de fe y conducta. Es superior a la conciencia y a la razón, sin ser contraria a esta. 2ª de Timoteo 3:15-16 y 1ª de Pedro: 2:2.
La Biblia es producto de una mentalidad maestra en todos tos tiempos que ésta se escribió, sus símbolos, ritos, y profecías corroboran la divinidad de Dios, su conceptos morales el mundo los reconoce, por lo que es y por sus resultados.
Pbro. David Eduardo Almanza Villalobos.