¿Por qué diría eso Dios? Es muy simple, era la primera ciudad. Dios les dijo que después tomarían muchas otras ciudades para ellos. Pero Acán tomo una parte (Josué 7:21) y se convirtió en maldición.

Y ese principio aplica para nuestra vida, cuando no le das a Dios el primer día de la semana, cuando no le das el primer lugar en tu vida, poniendo por obra todos lo que Dios te ha dado, estás convirtiendo en maldición, lo que pudo ser una gran bendición.

Dios no dijo: “Cuando hayan tomado diez ciudades, denme una”. Dios dijo: “Denme la primera”. Este es el principio, darle a Dios lo primero.

Y para esto hay que tener fe, pues aunque conquistaron la primera ciudad, no sabían si iban a conquistar más, solo confiaron en Dios; luego vendría la segunda, y la tercera y la cuarta etc.

Génesis 4:3-5: “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;  pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”.

Mucho se ha debatido sobre este pasaje, sobre el por qué Dios aceptó la ofrenda de Abel pero no aceptó la ofrenda de Caín, pero algo muy simple que podemos leer en el texto bíblico, es que Abel trajo de lo primogénito de sus ovejas pero Caín lo trajo “andando el tiempo”.

Es decir que con el tiempo, Caín primero aseguro tener una reserva, ver si la cosecha era suficiente y con el tiempo, trajo. Pero nótese que no dice “los primeros frutos”.

¿Entonces qué pasa cuando no ponemos a Dios en primer lugar, cuando no separamos para Él lo primero? Recuerden Jericó, era la primera ciudad, la que tomaron primero y todo la plata, oro etc, eran para el Señor, pero Acán tomó de eso y fue maldito; y la siguiente ciudad Hai, una pequeña ciudad que no se había mencionado antes por ser de poca importancia, ahí en Hai, los israelitas perdieron la batalla, ¿por qué? Porque estaba maldecido el pueblo a causa de haber tomado lo que no les correspondía.

No pongas a Dios en segundo lugar, pon a Dios primero y recibirás su bendición en todo lo que hagas. Voy a decir algo muy fuerte. La realidad es que tenemos ídolos… si, porque ponemos primero muchas cosas antes que a Dios.

La cosa es: Tengo un montón de deudas aquí, y tengo un montón de trabajo acá, y necesito tiempo para mí. Cuando sobre, le doy a Dios…

Cuando debe ser: tengo un montón de deudas aquí pero confío en Dios; tengo un montón de trabajo pero debo ajustar mi agenda después de mis compromisos con Dios y tengo invitaciones sociales, pero primero están las invitaciones en el reino de Dios.

Dios le pidió a Abraham, que le diera su primogénito. No le dijo: “cuando tengas 3 o 4, o cuando tengas 10 me das el diezmo”, Dios dijo “dame el primogénito”, dame el primero. Dios nunca será segundo.

¿Dónde pones a Dios en tu vida?

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David Eduardo Almanza Villalobos