Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


Tres pasos a la Paz de DIOS


“Y la paz de DIOS, que sobrepasa todo vuestro entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Fil. 4:7

Resultado de imagen para paz de dios

Es complicado conservar el ánimo en las dificultades y todo intento para impedirlo resulta insuficiente, inútil. La paz jamás llega, y los pensamientos e intenciones del corazón se esclavizan en el afán. La paz es el resultado de una acción: confiar en DIOS. Aprender a confiar en DIOS resulta necesario para obtener su paz. Tres pasos bíblicos te guían a lograrlo:

1er. Paso: Renuncia a tu incapacidad (2ª Co. 1:8 – 9).

Vivirás dificultades que te abrumarán más allá de tus fuerzas; un diagnóstico médico, asuntos laborales, familiares y académicos, y no teniendo ninguna esperanza posible de solución sobrepasarán tus capacidades llevándote a la angustia y ansiedad desapareciendo el ánimo por completo. La preocupación no resuelve tu situación, entonces… ¡¿Para qué te preocupas?! Renuncia a tu incapacidad que sólo te provoca tensión y desesperación al tratar de solucionar en vez de confiar. Date cuenta que hay situaciones que no están en tus manos resolver, que estás imposibilitado en tus fuerzas para dar solución. El apóstol Pablo escribe a la iglesia en Corinto que el propósito de DIOS en todo esto es “para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en DIOS que resucita a los muertos”. Hazte a un lado renunciado a tus propios recursos teniendo la humildad para reconocer que hay situaciones que rebasan tu capacidad e inclina tu corazón a confiar en DIOS quien si puede dar solución a tu situación.

2do. Paso: Cree que DIOS todo lo puede (Lucas 1:37)

Renunciar te lleva a creer, a permitir que tu fe combata el desánimo que te ha robado la paz del Señor. Una vez haciéndote al costado observas la intervención de DIOS en tu dificultad. Tú no puedes resolver tu situación pero cree que DIOS sí puede porque nada hay imposible para Él.

El afán opaca tu fe pero cuando renuncias a ti mismo y permites que DIOS intervenga acercas su paz a tu ser. No dudes que DIOS puede resolver tu problema, que jamás en Él se agota la sabiduría para dar respuesta que resuelva a cada problemática de tu vida recuerda el slogan “No le digas a DIOS cuán grande es tu problema más bien di a tu problema cuán grande es tu DIOS”. Renuncia a tu incapacidad para abrazarte del Señor y atestiguar que en su Poder existe la capacidad para dar solución a tu desesperación.

3er. Paso: Haz del afán una necesidad de orar (Fil. 4:6 – 7)

El Poder de DIOS se refleja en la oración no en tu preocupación. Los cristianos no tienen afanes sino peticiones, hacen de cada momento de ansiedad una necesidad para orar. Has renunciado a tu incapacidad y creído en el Poder de DIOS a tu favor ahora corresponde des el paso final y hagas de tu afán una necesidad de orar. No compartas penas, afanes, tristezas donde la preocupación es su vehículo, externa peticiones de oración,  luchas espirituales donde tu victoria está garantizada. Por nada te afanes sino comienza a orar no digas “Cuántos problemas tengo” sustituye para expresar “Tengo peticiones por la que debo orar”.  Ninguna persona que ha orado, al terminar de hacerlo, sigue afanado porque en DIOS está confiado, continúa atravesando la dificultad pero ahora con otra actitud, con ánimo, en una perspectiva distinta al estar confiado y con la paz del Señor en su corazón al haber orado.  La oración cambia todas las cosas incluyendo tu estado de ánimo.

¿Tu situación ha sobrepasado tu capacidad? ¡Reconoce tu incapacidad! ¿Es tu situación complicada para resolver? ¡Cree que DIOS todo lo puede! ¿Tienes muchos afanes? ¡Sustitúyelos por peticiones! Haciendo esto la paz de DIOS será consecuencia en tu corazón. Ora y no te afanes, cree y no te impacientes que el resto es DIOS hacerlo.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna.