Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


EL FRUTO DEL ESPÍRITU


Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22.

Pablo escribe a la iglesia de Galacia y les explica lo que es amor; cualidad que aparece dentro del fruto del Espíritu Santo. Pudiéramos dividir el fruto en tres grupos: El primer grupo. Amor, gozo y paz. Son tres virtudes enfocadas hacia Dios, hacía el prójimo y hacia sí mismo. Todo esto nos capacita para una comunión con Jesús y con su iglesia: “Amor a Dios, gozo en Dios, paz con Dios”. El amor es como el primogénito entre las demás virtudes, si no amas, no conoces a Dios porque Dios es amor, dijo Juan. Y además el amor cubrirá multitud de faltas (1 Ped. 4:8). Para el creyente genuino que de verdad ama a Dios, el gozo es, no solo una consecuencia del amor, sino hasta un deber (Fil. 3:1; 4:4). Y todo el que ha aceptado la reconciliación con Dios ¿cómo no va a gozar de entera paz? Paz no solo para con Dios, sino para con sus hermanos. (Heb. 12:14, Stg. 3:13-18).

El segundo grupo. Paciencia, benignidad y bondad. Guardan especial  relación con nuestro prójimo. Es paciencia la que se ejercita en la relación con las personas, y ayuda a soportar, sin rencor vengativo, y no procuramos ejercer acción alguna contra la conducta perversa de otras personas hacia nosotros. Benignidad, viene de una raíz que significa ser útil y servicial. Se muestra en el trato con las personas que están bajo nuestra autoridad, nuestros iguales y personas necesitadas (enfermos, pobres, niños, drogadictos, y creyentes caídos, etc.). Bondad, aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento, siempre de la pluma de Pablo, y alude a la nobleza de carácter tal como dijo en Fil. 2:3-4: Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. ¿Cuántos podemos decir que somos humildes, que vemos a los demás como superiores y que miramos no solo por lo nuestro, sino también por lo de los otros?

Pbro. David Eduardo Almanza Villalobos