Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


ESPERANDO LO PERFECTO


Cuando venimos al Señor entendemos que no hay nada como buscar su voluntad, conocerla y hacerla, aprendemos a pedir que se haga Su voluntad en nuestras vidas así como se hace en los cielos. De ahí que se han acuñado términos dentro del ambiente cristiano que intentan describir de alguna forma nuestra visión acerca de lo que Dios quiere y qué tan cerca andamos de ello; algunos de estos términos son por ejemplo: “La voluntad perfecta de Dios”, “andar en el centro de la voluntad del Padre”, la voluntad “permisiva” de Dios, etc. Es excelente que deseemos andar como Jesús anduvo, obedecer en todo y aprender a hacer lo que Dios quiere y no hay nada erróneo en ello; el problema es que algunas personas definen lo que es “perfecto” para ellos como la voluntad de Dios y lo que no es “perfecto” para ellos como la voluntad del hombre. Por ello esperan al hombre perfecto, buscan el trabajo perfecto,  esperan  tener  hijos  perfectos  y  por  supuesto  sus  trabajos  y   sus   ministerios  deben   ser perfectos, o de otro modo, piensan ellos, algo está mal  y  no  están  caminando  en  la  voluntad  de Dios. Es cierto que muchos están batallando con sus hijos, sus trabajos,  o  con  sus  mismas  vidas,  como resultado de tomar decisiones sin haber consultado a  Dios,  y  por  ello  están  lejos  de  la   voluntad del Padre viviendo las consecuencias de salirse de Su sombra para hacer lo que   ellos   quieren; sin embargo la vida en Dios no es perfecta, al menos no lo es desde el punto de vista  de   lo   que   muchos   llaman   perfecto:    sin    mancha,  sin   problemas,   sin  defectos,   sin  sufrimientos, sin cosas malas.  Eclesiastés 11:4  en  la  Nueva  Traducción  Viviente  dice:  El  agricultor  que  espera  el  clima  perfecto  nunca siembra; si contempla cada nube, nunca cosecha.  Jesús   nos   explicó  que   la  vida   conforme   a  su  voluntad  incluye  aflicción, persecución,  traición,  problemas   familiares,   momentos  de   necesidad  económica, división familiar, etc. Muchos no llamarían a esto una vida perfecta y creen que si uno  sufre  esta  fuera  de  la  voluntad  de Dios… Nada más erróneo, así  como  es erróneo esperar condiciones perfectas para comenzar a andar. Creo que una forma ideal de cerrar estas ideas sería compartirle lo siguiente: Te deseo algunos problemas porque así aprenderás a encontrar soluciones;  Te  deseo  algunas  tristezas  porque   estas te  ayudarán  a  disfrutar  realmente los  momentos felices y estos no te pasarán de largo aunque los   estés  viviendo  muy  seguido; Te deseo algunas lágrimas porque estas te recordarán  que  estas  vivo  y       aún puedes sentir; Te deseo algunos conflictos porque estos te enseñarán que la  paz y la libertad son hermosas; Te deseo algunas  frustraciones  porque  estas  te   recordarán que aun no has  terminado  y  que por  mucho  que  crezcas  siempre  debes seguir aprendiendo;  Te  deseo  que  tu  camino  en  Dios  sea  como  el  lo  prometió, angosto y con dificultades, porque al final te espera  la  corona  de  la vida…Anda, vive, disfruta, sufre, y nunca, nunca  lo  hagas  fuera de  la bendición  de Dios .

                                                                             Pbro. Efraín Reyes Bonilla