¿Cuántos te gustaría tener?… ¿Más?… ¿Menos?
Por alguna razón casi nadie está de acuerdo con su edad, quienes tienen pocos quieren tener más, y quienes tienen varios quieren tener menos… pero esto no es bueno. Lo que es bueno es que un niño lo sea y disfrute su niñez, sin apuros, con límites, con inocencia; es bueno que un adolescente atraviese por su etapa difícil y aprenda a madurar aceptando sus cambios, que sea acompañado en el proceso, con libertades pero con límites claros y que no sea tratado como niño; es bueno que los jóvenes disfruten el principio de su madurez, las nuevas libertades, el principio y fin de sus carreras, la satisfacción de obtener un sueldo, el encontrar el amor usando a Dios como casamentero; es bueno que un adulto joven disfrute a su cónyuge, que tenga hijos y aprenda de ello (y que si es soltero se enfoque en el Señor), que alcance logros materiales, que vea por otros (comenzando por los de casa), que se conecte con los menores para ser ejemplo y con los mayores para seguir aprendiendo; es bueno que un adulto sea adulto y no intente ser más joven, que vea salir a sus hijos de casa y tenga nietos (y si es soltero siga enfocado en el Señor sin menguar), que siga teniendo éxitos y no sólo materiales, que no deje de aprender y que siga en movimiento, que sea ejemplo a los menores en lugar de imponerse como su jefe; es bueno que un anciano disfrute, acepte el fin de sus días y se prepare para ello, que cierre ciclos, que dé las lecciones que pudiera no haber dado aún, que proponga y también escuche, que tenga oportunidad de cumplir algún sueño no cumplido todavía, que arregle algún conflicto no resuelto aún y espere con gran expectativa la oportunidad de ver pronto a su Señor…
Todo tiene su tiempo y hay una hora para cada cosa (Ec 3), tratar de adelantarnos es como comer algo que no ha terminado de cocerse y tiene aun partes crudas; atrasarnos es como comer algo que se pasó de cocimiento y esta batido, seco o quemado.
La muerte nos llegará a todos y no tiene sentido tratar de evitarla o de posponerla; el rey Ezequías cometió este error, se le anunció que moriría y por lo tanto debía prepararse y “ordenar su casa”. Acerca de esta última frase, otras versiones dicen: Da tus últimas instrucciones a tu familia, pon tus asuntos en orden, y arregla todos tus asuntos familiares más importantes; en lugar de hacer eso el rey abrió las puertas al enemigo y no corrigió a su hijo quien fue, quizás, el peor rey que reinó en Jerusalén y si no, al menos el más idólatra.
Rejuvencerse es un concepto muy mal entendido, aparece una sola vez en la Biblia (Sal. 103:5) y no lo hacemos nosotros, lo hace Dios. Basta de tratar de adelantar las cosas y vivir lo que aun no nos toca, basta de tratar de atrasarlas y no aceptar nuestro envejecimiento. Todo esto viene de Dios, así que dejemos de pelear contra Él, después de todo hizo todo hermoso en su tiempo y es mejor el final que el principio ¿no? (Ec 3 y 7)
Pbro. Efraín Reyes Bonilla