Dice en 1Corintios 15:32a-34 (NTV) “…si no habrá resurrección de los muertos… «¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!». No se dejen engañar por los que dicen semejantes cosas, porque «las malas compañías corrompen el buen carácter». Piensen bien sobre lo que es correcto y dejen de pecar. Pues para su vergüenza les digo que algunos de ustedes no conocen a Dios en absoluto“.
Con tristeza veo cada vez más cristianos divirtiéndose igual que se divierte el mundo y justificando con Biblia sus acciones… ¡Ya basta hermanos!
Siempre he sido considerado rebelde o revolucionario dentro de mi iglesia, normalmente porque no me gusta que la subcultura cristiana dicte nuestra forma de actuar (como creo que durante años ocurrió y en algunos lugares sigue ocurriendo) y así lo he enseñado. Me parece que se nos enseñaron, aun desde niños, cosas que no venían en la Biblia sino que son más bien el resultado de la subcultura del pueblo de Dios, y caímos en el error de crear nuevos mandamientos y doctrinas de hombres: “Ustedes han muerto con Cristo, y él los ha rescatado de los poderes espirituales de este mundo. Entonces, ¿por qué siguen cumpliendo las reglas del mundo, tales como: «¡No toques esto! ¡No pruebes eso! ¡No te acerques a aquello!»? Esas reglas son simples enseñanzas humanas acerca de cosas que se deterioran con el uso. Podrán parecer sabias porque exigen una gran devoción, una religiosa abnegación y una severa disciplina corporal; pero a una persona no le ofrecen ninguna ayuda para vencer sus malos deseos“. (Col 2:20-23 NTV).
Sin embargo ahora estoy viendo el lado contrario, hijos de Dios que están decidiendo hacer lo que mejor les parece y dejan de considerar a quienes tienen a un lado suyo; es como si hubiéramos pasado de la prohibición fariséica al libertinaje mundano, de “no hago nada malo porque me están viendo” a “¿que importa si me ven? No estoy haciendo nada malo“… ¿Hemos olvidado acaso que fuimos llamados a morir a nosotros mismos? ¿Olvidamos que nadie tiene mayor amor que aquél que pone su vida por los otros?… No puedo actuar como si no importara cómo afecto a los demás con mis acciones porque entonces no he entendido el sacrificio de Jesús ni la invitación del apóstol Pablo para que haya en mí el mismo sentir que hubo en Cristo quien dio su vida por otros… Perdonen pero quien actúa de esta forma simplemente es un pequeño espiritual y está muy lejos de entender realmente lo que significa ser padre.
Creo firmemente que cuando una luz brillante como lo es un cristiano baja su luminosidad para hacer lo que hacen los que no creen en Cristo, dejaremos de distinguirlo entre las demás luces; se trata de hacernos a ellos para ganarlos, no de ser igual que ellos: Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos (Jer 15:19)
Es tiempo de celebrar, pero yo no soy el alma de estas fiestas, es Cristo; así que por favor, cuida tus consumos, tus viajes, tus fiestas, tus palabras, cuida tus compañías si ellos te afectarán a ti más que tú a ellos, predica a tiempo y fuera de tiempo, hazlo con tu boca, hazlo con tus actos.
Pbro. Efraín Reyes Bonilla