Lucas 6:38 dice “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” La Biblia nos habla de la ley de doble referencia: “Dar, y se nos dará”. Esta ley está basada en la Biblia; lo que nos dice es que debemos dar nuestro tiempo, dones, talentos, ministerios, habilidades, recursos económicos, etc. Esta ley nos indica que Dios abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendición hasta que sobreabunde. Por otro lado existen algunos MITOS ACERCA DEL DINERO: 1. La pobreza es prácticamente sinónima de espiritualidad.  2. El dinero es la felicidad.  3. Ser rico es pecado.   4. El dinero es la raíz de todos los males. Sin embargo, El Nuevo Testamento nos habla 4 principios de mayordomía:   2 Corintios 9:6-15.   a) En  la  forma  que  sembramos, recogemos.                 b) Liberalidad: como propuso en su corazón. ¡Cuidado, no hay que hacerlo con mezquindad ni por necesidad!  c) Destaca la grandeza y el poder de Dios para darnos lo necesario.  d) Gratitud hacia Dios.

DEBEMOS OBSERVAR TAMBIÉN LO SIGUIENTE:

- Con espíritu de sacrificio: “Nuestras obras no agradan a nuestro Dios”. La clave: darnos primero al Señor Jesús.

- Con sentido de adoración: “Reconocimiento”. “Gracias, mi buen Dios, por las otras partes que han quedado en mi hogar y que forman el 100 x 100 de lo que tu me has dado”. La ofrenda debe ser parte del culto de adoración, en donde le sea permitido al miembro de la Iglesia dar público testimonio de esa gratitud. “Levantamos ofrendas en los templos, no colectas, ni limosnas; como testimonio ante el mundo de que somos mayordomos de Dios y administradores de sus bienes dados temporalmente en nuestro poder.

- Cumpliendo una misión: Dios nos usa para que seamos instrumentos, medios, canales, por los cuales el dinero llegará a la Iglesia. En la medida como cada miembro comprenda esta responsabilidad, será el progreso y afianzamiento de la obra.

- Superando la Ley: Es posible que existan muchos  creyentes que aún no han aprendido a diezmar. A ellos les aconsejo que prueben y verán las bendiciones de Dios llegar a sus vidas en forma tal que se sorprenderán. Aquellos que ya estén ofrendando el diezmo, procuren superarlo y verán como también Dios sobreabunda. ¿Quién traerá el dinero a la casa de Dios? Usemos nuestra capacidad, dones, talentos, para obtener recursos económicos dignamente y aportar a la Iglesia para que ella desarrolle planes, proyectos, visiones que extiendan el reino de Dios aquí en la tierra. El dinero está en el mundo, Dios nos ha dado capacidad, inteligencia para ganarlo y administrarlo si es que estamos dispuestos a obtenerlo para su Reino. Amén.

Pbro. Rodolfo Torres Pérez