Charles Swindoll en uno de sus libros nos dice lo siguiente: “Una sexta parte de los Evangelios, y una tercera parte de las parábolas tratan del tema de la mayordomía. Jesús no era uno que levantaba fondos. Él trató de los asuntos del dinero, sin embargo, porque el dinero importa. Sorprende a muchos, incluyendo creyentes, que la Biblia tenga mucho que decir sobre el tema.
Dios nos ha dado tres maneras en esta tierra para invertir en la eternidad. Dos de ellas están abiertas para el debate, y las abordamos con mente abierta, y parece que nunca podemos oír suficientemente al respecto, pero en cuanto a la tercera parece que pensamos que a nadie le incumbe.
El predicador que no habla del tiempo y la manera cómo lo gastamos se le considera que está faltando a su deber. El tiempo es uno de esos valores que no se pueden recuperar en la vida y que se puede gastar sólo una vez y nunca volverlo a recuperar.
El predicador que pasa por alto la enseñanza sobre los talentos y dones que ayudan al cuerpo de la iglesia a funcionar bien e incluso con eficiencia, no está haciendo su trabajo. La congregación tiene el derecho de sentirse soslayada porque no se menciona el tema.
Pero deje que el predicador hable del tema del tesoro y se le tilda de que ha vuelto a un tema gastado y que está tratando sólo de sacarnos dinero. Yo hallo eso no sólo asombroso sino ridículo.”
Pbro. Rodolfo Torres Pérez