Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


FE, PODER QUE MUEVE LOS CIELOS


Conocer la profundidad de la fe, es toda una escuela a la que Dios nos lleva día a día. Habacuc 2:4 “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”, quiere decir que el pecador vive por su orgullo, se cree autosuficiente pero el justo vive la fe como una actitud constante, una confianza que no es movible aunque las circunstancias hagan demasiado ruido para desviar la mirada puesta en el autor de nuestra fe. La fe aplicada en aquello que esperas te hace recibir más de lo que pides, por ejemplo cuando oras y pides por una necesidad debes esperar ver una respuesta, no tomes la postura de “a ver que pasa, a ver que sucede” no es así, espera ver la mano de Dios trabajando para que ese valle de sombra sea un lugar de transformación interna dando como resultado un cambio externo trayendo bendición a las circunstancias. La fe se desarrolla en la medida que somos confrontados con nuestra limitada humanidad y la soberanía de Dios, la mayoría de las personas tienen  que ver para creer, pero el concepto de fe que está en Hebreos 11 está definido como una firme seguridad. Parte del trabajo de un científico es demostrar la certeza de las cosas, hacer evidente al observador la credibilidad de sus teorías, pero para un creyente la certeza aplicada a la fe es precisamente creer sin ver. Esto fue lo que acreditó a los personajes de la antigüedad, fueron dignos de alabanza, de buen testimonio porque creyeron firmemente las cosas que no veían y actuaron por ello. Hebreos nos describe uno a uno los cuadros de estas vidas, por la fe Abel, ofreció a Dios … por la fe Noé con temor, preparó … por la fe Abraham, obedeció … por la fe Sara, recibió fuerza … por la fe Isaac, bendijo a Jacob … por la fe, los padres de Moisés no temieron … por la fe cayeron los muros de Jericó … por la fe Gedeón levantó su estima y fue un libertador … por la fe muchos conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones. La fe es el poder que mueve los cielos, ella marca lo que seguirá en nuestras vidas, la fe es el bálsamo que nos recuerda que un día veremos lo prometido, sea que nos vayamos antes, la promesa nunca caducará pues es vigencia eterna en Jesús y nuestros hijos lo verán. Creer que Dios nos ama y vivir bajo ese efecto de su amor. Eso es fe

QUE SEAMOS UNA IGLESIA QUE TRANSFORMA.   

Magda Saldaña de Lozano