Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2ª. Corintios 6:18.
Para la mayoría de nosotros el término «padre» no es un concepto abstracto. Albergamos recuerdos, sentimientos y pensamientos reales acerca de nuestro padre, una persona con la que nos hemos relacionado bien o mal. Si usted es cristiano, Dios es su Padre Celestial. Al meditar sobre esto me asombran las implicaciones. Padre significa una persona. Padre significa una relación. Padre significa alguien a quien podemos conocer. Entendemos que Dios es esencialmente Espíritu, sin embargo, al escoger la mejor palabra y la más exacta para revelar su relación con nosotros, escogió la palabra Padre. Dios es nuestro bondadoso y amante Padre celestial que quiere conocernos de una manera personal.
La paternidad no es una mera analogía para entender un aspecto del carácter de Dios. La palabra Padre expresa quién es Dios y cómo se relaciona con nosotros. Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos. La paternidad de Dios es la realidad que Jesús vino a revelar y la relación que el vino a restaurar. Jesús oró: «Padre justo, el mundo no te ha conocido pero yo te he conocido … y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos y yo en ellos» Juan 17:25-26. Antes, Jesús dijo: «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti» (Juan 17:3).
Cuando confesamos a Jesús, confesamos al Padre: (1ª Juan 2:23). Por medio de Jesús, tenemos acceso a Dios por su Espíritu (Efesios 2:18). A veces los cristianos se centran en Jesús o en el Espíritu Santo, cuando la misión primordial de la segunda y la tercera personas de la trinidad es reconciliarnos con el Padre y ayudarnos a conocerlo. J. I. Packer señala: «Conocer a Dios como nuestro padre –como nuestro todopoderoso, amante Padre – es el aspecto de primer orden, más rico y de mayor recompensa de toda nuestra relación con Él» Dios es Padre de todas las personas en virtud de que les dio la vida Pablo dijo «Linaje suyo somos» para indicar que los humanos son criaturas de Dios (Hechos 17:28.). Argumentaba que es irracional que los humanos adoren ídolos que ellos mismos han creado. En Malaquías 2:10, el profeta pregunta, «¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?»
¿Qué tanto conoces a tu Padre Celestial? ¿Qué tan cerca estás de él? ¿Te sientes amado por tu Padre Eterno? Él es real y verdadero. Y siempre estará cerca de ti, conócelo ahora.
Mary A. Kassian