El ángel dijo a las mujeres: No tengan miedo, yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado, pero no está aquí, porque ha resucitado, tal como él dijo. Vengan y vean el lugar donde estaba. Mt. 28:5,6.
Hubo resurrecciones antes de Jesús: Elías resucitó al hijo de una viuda, y Eliseo al hijo de la sunamita; Jesús mismo había resucitado a varios: Al hijo de la viuda de Naín, a la niña de 12 años y a Lázaro; pero esas resurrecciones no fueron como la de Jesús, estos habían resucitado en sus cuerpos normales, sujetos a las mismas limitaciones que los que nunca han muerto; pero Jesús resucitó con un cuerpo glorificado, puede traspasar paredes y a diferencia de los otros que resucitaron y volvieron a morir, Jesús vive, y está a la derecha del Padre, y desde ahí reina y como Rey del reino de Dios, sigue dirigiendo la predicación mundial y a la iglesia, esperando el momento de juzgar a todo el mundo.
El sacrificio de Isaac. Hebreos 11:17-19. Y Gn. 22:1-8. Dios había hecho promesas y pacto con Abraham en las que le aseguraba (después de muchos años y penurias) que de la descendencia de Isaac haría una nación santa y poderosa. Ahora le está pidiendo, cuando siente que más lo ama, y ha edificado miles de castillos en sus sueños y planes con Isaac, que mate a este como a un animal de sacrificio. Hemos de obedecer a Dios hasta la muerte de forma voluntaria, haciendo a un lado nuestros deseos, sueños, incluso dispuestos a sacrificar a nuestra familia que es lo más valioso que tenemos aquí, aún más que nosotros mismos, con la firme confianza que Dios nos la ha de resucitar.
La predicación de Pedro sobre la resurrección. Hechos 2:32 y 3.15. Pedro desde el huerto de Getsemaní, abandonó a su maestro para luego negarlo tres veces maldiciendo o blasfemando, a pesar del amor y la fe que este le tenía a Jesús. Pero, luego de verlo resucitado y ser lleno del Espíritu Santo, habló tan valerosamente, que no hay ningún registro en la Biblia de algún sermón tan poderoso como los que el predicó en el capítulo 2 y 3, además de estar ahora si dispuesto a sufrir cualquier cosa por el Señor, incluyendo la muerte.
Aplicación: A pesar de conocer y haber presenciado muchos milagros e intensas experiencias divinas con Jesús, seguimos con miedo cuando el peligro de la muerte está tocando a nuestra puerta, y entonces somos capaces de negar y aun de maldecir y blasfemar a nuestro Dios, sin importar que hayamos hecho y quienes hayamos sido antes de pasar por esas horrendas horas de angustia, soledad y muerte… pero los beneficios de ver a Jesús resucitado y siendo llenos del Espíritu Santo lograremos sobreponernos a nuestros despreciables, gigantescos y horrorosos enemigos, que no solamente nos amenazan, sino aterran, y nos han tocado, estrujado y humillado. Sí, sólo el poder del resucitado en nosotros, activado con el fuego del Espíritu Santo nos hace invencibles a cualquier enemigo interno y externo de nuestras almas.
Pastor: Lorenzo Reséndiz Arvizu