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CAMBIO DE PARADIGMA


“Una de las claves del cambio mental es modificar las <representaciones mentales> de la persona, es decir, la manera concreta en que percibe, codifica, retiene y recupera información” Howard Gardner

           

George Whitefield y Juan Wesley tenían algunas cosas en común, por ejemplo: Ambos eran predicadores, vivieron en el siglo XVIII, formaron parte del club de los santos en Oxford, deseaban alcanzar un mundo perdido, predicaron al aire libre, probaron métodos nuevos para alcanzar a los perdidos. Solo uno de ellos estuvo dispuesto a cambiar sus modelos establecidos de pensamiento con el fin de alcanzar a las almas perdidas y ganarlas para el reino de nuestro Señor Jesucristo; de tal manera que el mismo George Whitefield expreso: “Las almas que se despertaron bajo su ministerio él las reunió en clases, y así conservo el fruto de su labor. Esto yo lo descuide y mi gente es como una cuerda de arena”. La gran tarea de coordinación que realizó Juan Wesley, tuvo como consecuencia al momento de su muerte un crecimiento numérico de 100,000 almas ganadas para Jesucristo organizadas en 10,000 sociedades.  De tal forma que es considerado el precursor del movimiento celular moderno. ¿Cuál fue la estrategia que Wesley siguió? Richard B. Wilke lo explica en uno de sus libros “¿Y estamos vivos todavía? Nashville, Tn. Abingdon press, 1986 en la Pág. 59 “Juan Wesley cambió sus estructuras y métodos, casi contra su voluntad para salvar a las almas. Él no quería utilizar a las mujeres, pero lo hizo en circunstancias excepcionales. Lo excepcional se transformó en lo normal. Él no quiso usar a los pastores laicos, pero lo hizo. Ellos podían alcanzar a los incrédulos. Él no quiso predicar al aire libre, pero lo hizo para que muchos más pudieran oír la palabra de Dios” Recordemos que los principios no cambian, los modelos, métodos, estrategias y los cambios si pueden suceder. ¡Pidámosle a Dios en oración un cambio en nuestra vida! Y también que seamos renovados como dice la Epístola a los Efesios 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente”

Pbro. Rodolfo Torres Pérez