Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


“EXPERIENCIA DEL CORAZÓN ARDIENTE” Lucas 24:32


El movimiento Metodista se inició  con el gran avivamiento evangélico que conmovió y transformó a la Inglaterra del siglo XVIII.  Dios usó como precursor al Reverendo Juan Wesley (1703 – 1791) Pbro. Anglicano  y  catedrático  de  la Universidad de Oxford.

La crisis de su vida se efectuó en una reunión de oración celebrada en una de las calles de Londres – Aldersgate – 24 de Mayo de 1738. El miércoles, alrededor de las cinco de esa mañana; abrió el Nuevo Testamento. En estas palabras: “Nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegases a ser participantes de la Naturaleza Divina”. (2 Pedro 1:4)  Al momento de salir de su casa leyó en Marcos 12:34 “No estás lejos del Reino de Dios”. Por la tarde, en la Catedral “San Pablo” escuchó la antífona del salmo 130 “De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo”; por la noche de muy mala gana fue a una sociedad en la calle Aldersgate, donde alguien leía el prefacio de Lutero a la epístola a los Romanos. A eso de las 8:45 dice Wesley: “Sentí que confiaba en Cristo, en Cristo solo, para mi salvación; y me fue dada la seguridad de que él había quitado mis pecados, aún los míos, y me había salvado de la ley del pecado y de la muerte”.  Wesley describe su experiencia casi completamente en términos Bíblicos: Él sintió que era salvo “de la ley del pecado y la muerte”, una expresión paulina; comenzó a orar por aquellos que “lo habían perseguido y ultrajado”, una cita  directa de Mateo 5:44. Después dice él: “Di testimonio público ante todos los asistentes de lo que sentí por primera vez en mi corazón”.   El próximo sábado se cumplirán 276 años de Metodismo mundial y 142 años Nacional, la pregunta sigue vigente: ¿Has experimentado el cambio en tu corazón y vida? ¿Has vivido la experiencia del corazón ardiente? La Biblia dice “Dios aviva la obra en medio de los tiempos”. Pero. ¿Quién será el hombre o mujer de Dios dispuesto? Tú, yo. ¿Quién será la Iglesia? ¿Hasta dónde permitimos que Dios nos use? NUESTRA ES LA RESPUESTA.

Pbro. Rodolfo Torres Pérez