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DIOS ES NUESTRO ESCUDO


Salmos 3:1 ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!

Muchos son los que se levantan contra mí.
3:2 Muchos son los que dicen de mí:
No hay para él salvación en Dios.

La repetición de muchos revela el sentimiento traumático que David experimento cuando su pueblo se volvió contra él. La palabra hebrea traducida como multiplicado procede de la misma raíz que la usada en 2da de Samuel 15:12 para describir una rebelión creciente.

Salmos 3:3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

Escudo: era un símbolo que comúnmente se utilizaba para representar la protección divina, ofrecida por primera vez a Abraham.

La cabeza de David  estaba inclinada en señal de humillación cuando salió apresuradamente de Jerusalén

Salmos 3:4 Con mi voz clamé a Jehová,
Y él me respondió desde su monte santo.

Salmos 3:5 Yo me acosté y dormí,
Y desperté, porque Jehová me sustentaba

La oración supera el sueño provocado por la ansiedad que ocasionan las tensiones de la vida.

Mas tenemos un Padre amoroso en el cual podemos clamar en todo tiempo y sabemos que su oído esta atento a la voz de su pueblo, el solo desea que confiemos y descansemos  en Él, puesto que  es nuestro escudo, nuestra fortaleza, nuestra torre fuerte, nuestro escondedero fiel,  así que caminemos confiados en Él a través de  Jesucristo puesto que si  Él es con nosotros ¿quién contra nosotros?

                                                JOSEFINA PECINA HERNÁNDEZ