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PERMANECED EN ÉL


“como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mi” (Juan 15:4) 


Dios usa la imagen de la vid porque ésta es la única planta que no tiene vida propia en sus ramas. Cualquier otra especie al cortar una rama o gajo, plantarla en tierra, abonarla y cuidarla, es muy probable que produzca raíces y se transforme en una nueva planta. No sucede así con la vid, no existe vida en la rama de ésta. No importa cuán verde y saludable parezca estar, la rama separada de la vid se marchita y muere.

Así nos compara Dios si nos separamos de Él.  Todo nuestro potencial muere. Nuestra necesidad de Dios no es una opción o una alternativa, al igual que las plantas y lo animales que no pueden vivir sin la tierra o los peces sin el agua, nosotros no podemos florecer y llevar fruto si estamos separados de Dios.

Puesto que seriamos como una hoja que se seca y se marchita y ya no sirve, Dios es nuestra fuente de vida, nuestro sostén, nuestro respirar, nuestra fuente de agua de vida eterna, ya que dice su palabra que Él es una fuente de agua de vida eterna inagotable y que si de el bebemos no tendremos sed jamás.  Y si permanecemos en Él y  en su palabra, ésta hecha raíz en nuestro corazón y se establece, su poder se libera mientras permaneces vivo en su Palabra, pero si te separas de Dios se cierra por completa la fuente de su productividad y pierdes de esa agua inagotable de vida eterna, que es Jesucristo. Allí es donde solo quedamos a merced de nuestros recursos limitados. Y Dios no desea que tengamos los recursos limitados si no que Él desea que nosotros demos abundante fruto, y seamos de bendición a otros, y nos reconozcan por los frutos que provienen de Él.

                                               JOSEFINA PECINA HERNÁNDEZ