Entre molesto y asustado, esa fue la forma en que me sentí el domingo pasado cuando pregunté desde el púlpito (en el culto de las 10) cuántos nos podrían ayudar a hospedar muchachos para el congreso juvenil que tendremos dentro de dos semanas; el templo estaba lleno (caben sentados alrededor de 400) pero solo levantaron la mano unas ocho personas… ¡NO PUEDO QUEDARME DE BRAZOS CRUZADOS SIN DECIR NADA! especialmente cuando la Palabra es clara en cuando al asunto de abrir nuestras casas para hospedar y más por que se trata solamente de tres noches (1Ti3:2, Tito 1:8, Heb 13:2, 1Pe 4:9). Me he preguntado qué puede estar ocurriendo, se me ocurren algunas cosas, como el hecho de que en ocasiones pasadas pedimos ayuda y no fue necesario usar todos los lugares que nos ofrecieron; si este es el caso le pedimos una disculpa y que esto no sea razón para que usted no abra su casa en esta ocasión por favor. Se me ocurren otros casos donde alguno pudiera pensar que su casa es muy sencilla o no tiene instalaciones lujosas; si este fuera el caso no se preocupe, se trata de tener un lugar adecuado para descansar, no lujoso. Se me ocurre que usted no estaba enterado de esto, bueno, ahora ya lo está. Se me ocurre también que otros simplemente no responden porque NO QUIEREN hacerlo; si éste es el caso por favor sea usted verdaderamente un cristiano, recuerde que la casa que usted tiene no la tiene sino como un regalo de Dios y lo que Dios nos da debemos compartirlo, recuerde que cuando usted no responde a las necesidades del cuerpo de Cristo, usted no puede esperar que Dios responda a las suyas, recuerde que la grandeza de una iglesia no se da por los invitados que recibe o por los eventos que organiza (ni siquiera por lo especial de sus ministerios internos), sino por la calidad de su gente y la forma en que ésta trata a sus propios hermanos.
En concreto necesitamos mas de 100 lugares de hospedaje (y no llevamos mas de 20!) por tres noches (viernes 14, sábado 15 y domingo 16 – el evento termina el lunes 17 a las 2pm). Necesitamos que los traiga a Trinidad por la mañana y los recoja en la noche (a menos que usted de verdad no pudiera en cuyo caso solo notifíquelo pero aun con esto abra su casa por favor). No necesitamos que les provea alimentos.
¿Es usted de los que les gustan los llamados? Aquí hay uno para usted… No frene a la siguiente generación sino ayúdela con sus recursos a acercarse más a nuestro Señor.
Pbro. Efraín Reyes Bonilla