Si usted ha compartido el evangelio a alguien que profesa la religión mayoritaria en México seguro ha escuchado esta frase cuando se habla con ellos acerca del pecado, y es que, por alguna razón la gente que no conoce bien la Palabra piensa que hay grados de pecado y cuando se les confronta ante él su argumento común es que no han cometido algunos tan graves como asesinar a alguien o cometer grandes fraudes. Según esta forma de pensar los pecados menos graves pueden cometerse y uno simplemente debe ponerse a cuentas cada cierto tiempo para pedir perdón por los menores; es como si se tratara de pagar las multas que uno tiene. Lo triste de este asunto no es sólo que se trata de una GRAN mentira sino que aun muchos cristianos la creen, de hecho, he observado como muchos líderes de ministerio viven bajo este concepto y por ello se permiten a sí mismos sus pecados de carácter. Para bendición (o tristeza) nuestra, la Biblia es clara y el pecado es pecado y, aunque las consecuencias sean distintas a nivel social, ante Dios es tan culpable alguien que no refrena su carácter o su lengua como alguien que asesina o maltrata físicamente a una persona. Aun para mayor tristeza nuestra, la Palabra enseña que, cuando sabemos lo que Dios quiere y no lo hacemos, hay mayor condenación… Usted podría pensar que no estoy hablando de usted, así que, ahí van algunos síntomas para que usted pueda medirse y darse cuenta si debe cambiar. Estas personas: a) Siempre quieren dar su opinión y se enojan si no se hace lo que ellos quieren o piensan; b) Van a insistir siempre en que las cosas se hagan como en el pasado aduciendo el éxito obtenido en años anteriores; c) Les gusta hablar fuerte y rara vez se quedan callados; d) Han aprendido a justificar muy bien sus ideas de modo que lo que alguien más piense siempre estará equivocado; e) No les gusta escuchar sus defectos y cuando alguien los menciona crean aversión hacia esta persona; f) Se dan cuenta de los problemas de la iglesia pero los critican y hacen chisme de ellos en lugar de orar, ayunar y tratar de solucionarlos. g) Ven la necesidad del hermano y le dicen: “voy a orar por ti, pero no oran ni le ayudan h) Tienen su tesoro en las cosas de la tierra;  i) Pueden saber mucho de Biblia pero les gusta aplicársela a los demás y no a sí mismos… Estas personas se engañan a sí mismas porque están lejos de ser como Cristo y por lo tanto su pecado está siempre delante de ellos… Cambiemos ya por favor, basta de cristianismo “light”, vayamos hacia la perfección, hacia Jesús, renovándonos constantemente, como la aurora, hasta que el día es perfecto…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla