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COMO EXPERIMENTAR LA PRESENCIA DE DIOS (parte 2)


 TERCERO:  PODEMOS ENGENDRAR UN AMBIENTE PARA LA PRESENCIA DE DIOS en nuestro hogar, o en donde quiera que estemos por medio de la alabanza.  Sabemos que Dios habita la alabanza de Su pueblo (Salmo 22:3).  La alabanza no es un evento, sino una actitud y estilo de vivir.  No se requiere una banda de música y un sistema de sonido.  Los que dependan de tales cosas para adorar a Dios no han aprendido a adorar en espíritu y en verdad.

 Cuando el Rey David era joven, cuidaba ovejas en el campo, y sin nadie para acompañarle adoraba a Dios.  La alabanza no tiene que ser siempre un canto bien desarrollado o bien entonado.  Los que nos rodean critican la calidad de nuestras voces, pero Dios vea la sinceridad de nuestro amor por Él y la calidad del corazón.

 Si no adoramos a Dios en privado, entonces la sinceridad de nuestra adoración a Dios en público está dudable.  Pero si adoremos a Dios en privado desde lo profundo del corazón, es una prueba de la sinceridad y calidad de nuestra alabanza cuando estamos reunidos con los hermanos.

 Yo y mi familia intencionalmente programamos tiempos dentro de nuestro hogar para alabar a Dios juntos como familia.  Los esposos y padres de familia deban tomar su responsabilidad y liderar a sus familias en tales tiempos devocionales a Dios.  Este es parte de nuestro deber para discipular a nuestras familias y guiar por ejemplo.  Si nuestros hijos nos observan en casa activamente dirigiendo, y guiando por ejemplo, serán inclinados a seguirnos.  Las esposas y madres de familia puedan, como ayuda idónea, animar a su esposo en esto pidiéndole su liderazgo espiritual y agradeciéndole cuando lo hace.  Pero si acaso no responde, usted tome la iniciativa para hacerlo.

 CUARTO: Dios honra Su Palabra.  Cristo y Su Palabra son inseparables.  Juan Capítulo Uno nos revela que Jesucristo es el Verbo (logos) de Dios, la Palabra manifiesta en carne.  Amamos a Cristo a la medida que amamos a Su Palabra.  Su Palabra es viva, poderosa y ungida para provocar transformación.   Podemos pedir al Espíritu Santo que nos dirija mientras que leamos, estudiamos y conversamos acerca de la Palabra de Dios.  PERO SI NO APARTAMOS LOS TIEMPOS PARA HACERLO, NO ACONTECERÁN.  Tenemos que disciplinarnos a apagar la televisión, e intencionalmente hacer lugar para honrar a Dios y Sus bellas Palabras de vida si queremos disfrutar el provecho.

 En actualidad no es algo tan complicado.  Podemos hacer la presencia de Dios una parte integral de su diario vivir y conversación.  Podemos incluirle en las actividades personales y de la familia.

 Le desafío a usted a creer y confiar en la presencia de Dios en su vida.  Háblele como si Le pudiera ver en frente de usted creyendo en Su promesa que El ya está presente – porque es así.  Le escucha, y le ama.  Dios es un Dios comunicador, y le responderá con Su voz apacible y delicado – y a veces en maneras más sorprendentes

Por el Profeta Cliff Bell