Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


HERENCIA DE DIOS SON LOS HIJOS


   El Salmista comparte de las bendiciones de Dios para la familia, una de éstas, es la de los hijos. Éste gran privilegio de ser Padres, demanda una gran responsabilidad; ser mayordomos fieles y prudentes para instruirlos sobre la necesidad de recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Además que nuestros hijos caminen en la voluntad de Dios.

Por lo tanto los Padres de familia, recordemos que no podemos dar lo que no tenemos, primero recibimos para después poder compartir. Aplicándolo  éstas declaraciones a la instrucción Bíblica, los Padres primero busquemos s Dios, aprendamos a amarle con todo nuestro ser, a servirle con el ministerio que hemos recibido, de ésta manera nuestros hijos serán instruidos eficientemente, con teoría y práctica.

Otro concepto que limita la instrucción Bíblica con nuestros hijos es creer que la capacitación que se recibe en la Iglesia es suficiente para la formación de los hijos, si éste es el caso de usted que está leyendo, lamento decirle que no es así. La Iglesia a través del ministerio de Educación Cristiana son un gran apoyo para que sus hijos se desarrollen, pero somos los Padres que en el hogar instruimos a los hijos.                                                                                                                                              Es un gran privilegio para la Iglesia apoyar a los Padres en educar a sus hijos cuando los niños asisten y participan en las clases.

Pero es necesario atender a las convocatorias que se hacen a los Padres de parte de la Iglesia para ser capacitados para enseñar en el hogar. Es posible que se pregunte ¿Porqué la instrucción más importante es en el hogar y no en la Iglesia? Primero se instituyó el hogar y después la Iglesia (Génesis 1-2). Es en la cobertura del hogar donde se puede desarrollar una relación de comunicación entre Padres e hijos más profunda. Es en el hogar donde se tiene más tiempo para estar con los hijos.

Es importante recordar a Moisés, cómo instruyó a los Padres de familia antes de entrar a la tierra prometida (Dt. 6:1-25). Las enseñanzas de creer solo en Dios y no en otros dioses (Dt. 6: 4), amar con todo su ser a Dios (Dt. 6:5), que los Padres enseñen su fe a sus hijos (Dt. 6:7-9).

¿Qué método usar?

Moisés recibió de Dios un método sencillo:                                                                                                                                              Que continuamente se siembre en el corazón de los hijos la palabra de Dios (Dt. 6:6), no en la mente como un conocimiento sino en el corazón. Éste es el centro rector de la actitud humana. En el corazón abarca la totalidad del intelecto, emociones y la voluntad del hombre (Mr 7: 20-23).

Otro método que se utilizó es la repetición de la Palabra (Dt 6:7) en todo tiempo, en la casa, las actividades fuera de la casa, al terminar el día al descansar, al iniciar el día para encomendarnos a Dios, para no olvidar la Palabra de Dios que nos da vida.

Podemos concluir, que somos bendecidos en el hogar por medio de los hijos, que debemos tener claro que es nuestra responsabilidad como Padres de instruirlos en el camino de Dios. Para que sean una generación poderosa consagrada a Dios y que transforme nuestro País.

Pbro. Raúl Rosas González.