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Y AL VER LAS MULTITUDES TUVO COMPASIÓN DE ELLAS. Mt. 9:36


Cuando reflexionamos sobre este pasaje, al leer la frase “viendo las multitudes” y la expresión “tuvo compasión de ellas” debe ser nuestro deseo como parte de la Iglesia del Señor, que podamos ver a las personas que nos rodean,  que en este tiempo están angustiadas y abatidas, como lo dice Jesús, como ovejas que no tienen pastor, que por Su gracia las veamos con los ojos del Señor y podamos acudir en su ayuda.

Podríamos preguntar, ¿Qué es lo que vemos en la multitud  cuando escuchamos las noticias? en la televisión o leemos los periódicos y nos enteramos de los acontecimientos que se estamos viviendo, como es la inseguridad, familias divididas, personas desaparecidas. Lo que se escucha son llamadas desesperadas de socorro y no debemos cerrar nuestros ojos y oídos a los gritos de la gente. Como parte de Su iglesia debemos responder desde la perspectiva de Jesús. Por esta razón el Señor les dijo a sus discípulos: la mies es mucha, mas los obreros son pocos, rueguen al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Oramos pidiendo que venga a nosotros Su Reino, que se haga Su voluntad en la tierra como en el cielo, no podemos dejarlo de lado, es parte de nuestra responsabilidad. La pregunta ahora sería, ¿nos consideramos parte de esta responsabilidad? Como parte del Reino, se requiere que hagamos el trabajo que a cada uno de nosotros corresponde. En el momento en que el Reino se estableció dentro de nosotros, en nuestro caminar con Jesús, nos hemos preguntado ¿Dónde podemos ser mejores servidores? ¿Estamos buscando caminar conforme a Su voluntad y que conforme a Su Palabra podamos resolver las necesidades de la multitud?.

Ha llegado el tiempo de decirle al Señor, dime dónde puedo ser de utilidad en el Reino que tu gobiernas, ¿Cuál es tu voluntad?,  entiendo que debo dar testimonio de mi fe, sin embargo, quiero ser un servidor tuyo en alguno de los ministerio de la iglesia de acuerdo a tu voluntad.  No desconozco que estas buscando obreros para llevar tu mensaje y que al hacerlo comuniquen con entusiasmo lo que Jesús hizo por los perdidos en la Cruz del Calvario. Obreros que no se avergüencen de tu evangelio, que puedan dialogar y estar dispuestos a dedicar tiempo recogiendo la mies, porque los campos están listos para la ciega, la cosecha ya esta lista.

Amado hermano, que podamos decirle al Señor, al que por su grande misericordia nos ha dado vida eterna, aquí estoy,  ¿Dónde  quieres que te sirva?.

Josué Gilberto Peña M.