Juan Wesley dijo: “Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas, en todos los sitios que puedas, a todas las horas que puedas, a toda la gente que puedas, durante todo el tiempo que puedas”.

En lo más profundo de nuestro corazón sabemos que lo que más cuenta es lo que nosotros hacemos por otros y no lo que otros hacen por nosotros. Pero en nuestro egoísmo e inmadurez pensamos más en lo que recibimos que en lo que podamos dar a otros. Moisés le dice a su suegro: “ven con nosotros y te haremos bien” Núm. 10: 29-32. Hobab no quiso, rechazó la oferta; en cambio cuando Moisés le dijo: “Tú nos serás como nuestros ojos” esto sí le convenció y decidió acompañarles. No fue convencido por lo que pudieran darle o recibir él, sino lo que él podía hacer por los demás. Empezamos el 2018, será un camino llano para unos, para otros escabrosos; fácil o difícil; bendecido o con prueba, pero recuerda: La vida es un VIAJE. La viviré con toda CONFIANZA. “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Sal. 23:4). La vida es una TAREA. La viviré en OBEDIENCIA. “Guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22). La vida es una MISIÓN. La viviré en COOPERACIÓN. “Sed benignos, unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros” (Ef. 4:32). La vida es un DESAFÍO. La viviré con ENTUSIASMO. “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos” (1 Cor. 16:13). La vida es una BATALLA. La viviré con VALOR. “Mira, que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas… porque Jehová tu Dios estará contigo” (Jos. 1:9). Y con la ayuda de Dios: Nada podrá perturbar mi tranquilidad; Hablaré de salud, felicidad y prosperidad con cada persona con quien me encuentre. Haré que mis amistades se sientan especiales conmigo; veré el lado bueno de todo y mi optimismo saldrá a relucir. Pensaré solo lo mejor, lo escudriñare todo y me quedaré con lo bueno. Celebraré el éxito de los demás, igual que lo haría con el mío; olvidaré  los errores del pasado y avanzaré hacia los logros del futuro; procuraré mostrarme alegre y brindaré a todo persona una sonrisa; Emplearé tanto tiempo para mejorarme a mí mismo que no tendré tiempo para criticar a otros. Seré tan cuidadoso, noble, fuerte y feliz que no permitiré la preocupación, el enojo, el temor y la presencia de aflicción en mi vida. Sobre todo recordaré la promesa de su Palabra y el objetivo que Dios tiene para mi vida en este 2018. “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”.

Pbro. Rodolfo Torres Pérez